Santiago González en su Blog, 14/6/2011
Hace ya bastantes años, Mario Onaindía pronosticó que el futuro de los militantes etarras, en el mejor de los casos, iba a ser encontrar plaza de portero en la discoteca de su pueblo. Ahí lo tienen, cinco años de condena por pertenencia a ETA lo avalan para el cargo.
La foto de Mitxi que hoy lleva El Mundo a su portada debería bastar para que hubieran presentado su renuncia todos los miembros y las miembras del Tribunal Constitucional, o, al menos, los seis que hicieron posible con su voto esta imagen, en la que Aimar Altuna Ijurko, el calvito blaugrana, impide la entrada de dos periodistas al pleno del Ayuntamiento de Lizarza en el que Bildu iba a hacerse cargo de la alcaldía y las seis concejalías que les adjudicaron los vecinos el pasado 22 de mayo.
Hace ya bastantes años, Mario Onaindía pronosticó que el futuro de los militantes etarras, en el mejor de los casos, iba a ser encontrar plaza de portero en la discoteca de su pueblo. Ahí lo tienen, cinco años de condena por pertenencia a ETA lo avalan para el cargo. El nombre de guerra de Altuna es ‘Txiki’, lo que, como puede verse en la foto, responde a una descripción objetiva de su físico y una de las curiosidades de una organización con unas reglas curiosas de clandestinidad: llamar ‘Txiki’ al pequeño, ‘Beltza’ al militante de piel oscura, ‘Rubio’ al rubio y en este plan. Claro que el tamaño no lo es todo y para ejercer de matón de discoteca o de matón municipal, tiene un perfil profesional muy interesante.
Lo escribió Neo ayer: Bildu no es ETA, pero se le parece la Donostia.
Santiago González en su Blog, 14/6/2011