El Gobierno va a aprobar la nueva Ley de Secretos Oficiales, una exigencia antigua del PNV que Pedro va a satisfacerles. Normal que compensen al partido guía por una estrategia que va a dar los derechos de primogenitura a EH Bildu, que son los socios prioritarios del PSOE. El tema pasará de las manos de Margarita, está linda la mar a las de Bolaños, lo que viene a demostrar que todo puede empeorar.
Por más vueltas que le demos es difícil superar la despedida de Pedro Sánchez en su balance fin de curso: «No llevo corbata, eso significa que todos podemos ahorrar desde el punto de vista energético y he pedido a los ministros y ministras que, cuando no sea necesario, no utilicen la corbata». Recordemos para los lectores más distraídos que el declarante se subió acto seguido a un helicóptero Super Puma para recorrer los 30 kilómetros que separan La Moncloa de Torrejón, donde le esperaba el Falcon, camino de los Balcanes. Los ministros y ministras pueden ahorrarse la corbata, cosas del lenguaje inclusivo. A cambio de no ponerse la corbata y colaborar en el ahorro energético, las ministras pueden viajar en Falcon a Nueva York, como la vicepresidenta Yolanda Díaz a Roma, a por atún y a ver al Papa, suponemos. El portal de Transparencia de La Moncloa ha dado pruebas del ahorro que ha supuesto este viaje, al responder a la pregunta de ABC que 224 euros en total, aunque no podamos estar seguros de que tan pocos gastos de viaje se deban, fundamentalmente, al hecho de que la titular de Trabajo no llevase corbata durante el viaje. No se contaron entre los gastos el uso del Falcon, ni el alojamiento en Roma de los siete asesores de la prima dona, so pretexto de que se trataba de un viaje oficial tal como se explicaba en la agenda del Gobierno de aquel día de diciembre de 2021. De aquí se desprende que la vicepresidenta segunda suscribe la teoría acuñada en mayo de 2004 por Carmen Calvo: “Estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie”.
También se desprende de semejante explicación que Yolanda Díaz ha puesto a su iniciativa política un nombre absolutamente incongruente con sus prácticas de agregación en sus cuentas de gastos. ¿Sumar, le llama a eso la criatura?
Por otra parte y con permiso de Miguel Hernández, vamos con una paráfrasis: De entre todas las tontas de elegía, sin olvidar el eco de ninguna, por haber dañado más el alma mía, la mano de mi llanto escoge una. Es difícil meter más la pata que Irene Montero en el Ministerio que se ganó con el sudor de su frente, qué caprichos tienen a veces las metáforas. Ella no ha llevado nunca corbata, que yo sepa, pero ha sabido saltarse las barreras del género con sus niños; recuerden la foto en la que vistió a uno de sus gemelos con falda. Tampoco se iba a dejar quitar el broche de oro y despidió el curso con un cartel memorable dando carta de naturaleza a la presencia de las gordas en la playa. La publicista no se creyó obligada a pedir permisos y además sustituyó la pierna ortopédica de una modelo por una de Photoshop. Donde se viene a demostrar que a la cuadrilla Montero les gustan más las gordas que las cojas. La número 2 de Irene, Angela Rodríguez ‘Pam’, que es una ‘curvy’ total, llamó ‘puta coja’ a la secretaria de Podemos en Galicia, Carmen Santos y ahí están las dos: la gorda ascendida a secretaria de Estado de Igualdad y la coja fuera de juego. En fin, ya estamos en ferragosto y como dijo Lorca, “un horizonte de perros (y de perras)/ ladra muy lejos del río”. Y de la ría.