VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 21/06/16
· El drama se percibe ya. No hay más que escuchar las intervenciones de los líderes para palpar el grado de angustia en el que se mueven todos menos uno: Pablo Iglesias, el único que sabe que va a ganar, pase lo que pase, porque, tanto si logra la hazaña de auparse a la segunda posición, como si queda tercero, el suyo será un éxito sin paliativos. Por eso, porque saben que cabalgan a lomos de un caballo lanzado a la carrera, están eufóricos y no dejan ni un solo día de apretar las clavijas del PSOE tendiéndoles la mano para gobernar juntos en España.
Pero los socialistas saben que esa mano es como la del Comendador de Don Juan Tenorio, que si se la das te arrastrará con él a los infiernos. Y no otra cosa sería para los socialistas someterse a un Gobierno presidido por el líder de Podemos. Pero también sería iniciar el camino del fin del partido firmar un pacto de gobierno si los resultados electorales sitúan a los de Iglesias a una mínima distancia de los de Sánchez. En ese caso, no hay duda de que un Ejecutivo en el que estuvieran ministros de ambas formaciones se acabaría convirtiendo en un terreno dominado por los del partido morado, lo cual sentenciaría al PSOE para los restos.
Los de Pedro Sánchez se niegan a aceptar el veredicto casi unánime que han ofrecido los sondeos y que condena al Partido Socialista a la cola de la representación parlamentaria. Ellos siguen apelando, suplicando de hecho, a sus antiguos votantes a que no les abandonen ahora, cuando más los necesitan.
Es una total incógnita lo que va a pasar el domingo y, efectivamente, pudiera ocurrir que quienes en su día respaldaron al PSOE se lo piensen dos veces antes de traicionar a sus antiguas afinidades y finalmente le retiren el apoyo a Podemos. Pero eso no es lo que están recogiendo hasta el momento las agencias de opinión. Por eso el PSOE se enfrenta a un drama y por eso la tensión está subiendo de grado con el paso de los días, tensión que se ha extendido ya entre la población, de modo que no hay reunión o encuentro entre dos o más personas que no aborde el incierto panorama político del momento.
El PP está en una situación diferente pero se enfrenta también al mismo drama: cada voto que pierda a favor de C’s es un voto que acerca a Podemos al escaño. Los populares están peleando por los restos en más de 10 provincias en las que perdieron un diputado por un puñado de votos. Pero pelear por esas pocas papeletas es una tarea titánica cuyo esfuerzo no garantiza ni mucho menos el éxito. Y el PP, que batalla por rescatar los votos que se le han ido a Ciudadanos, teme como a un tornado el éxito de Podemos. Por eso Rajoy se ha quitado la chaqueta y habla ya a las claras contra el partido de Albert Rivera: no tiréis los votos a la basura, ha venido a decir a quienes le escuchaban. Y exactamente lo mismo ha repetido Rivera respecto del PP, aunque con menos razones porque está claro que los azules van a volver a ganar las elecciones. Pero eso es lo mismo que nada si al propio tiempo no se alcanza el poder.
Ya se está peleando calle a calle, casa a casa, puerta a puerta, centímetro a centímetro.
VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 21/06/16