Durante la presentación de su libro «Contra la secesión», el ensayista sostuvo que «sin una reconversión ideológica absoluta, el «problema vasco» carece de salida porque su solución o paliativo depende de su racionalidad política y, especialmente, de su encarnadura moral».
La primera mirada, el primer guiño, la primera caricia, el primer beso de este periodista nacido en el asfalto de Bilbao, José Antonio Zarzalejos, fue para las víctimas del terrorismo: «Uno siempre tiene presente a esta admirable gente que sufre con tanta dignidad. Ellos son la conciencia permanente de la dignidad». Esa conciencia, junto con su familia, políticos, periodistas y amigos, arropaba anoche al ensayista y ex director de ABC en la presentación de su libro «Contra la secesión», en el Aula de Cultura de ABC, que acogió el Círculo de Lectores. Durante una hora, Zarzalejos, -«reserva moral y ética», como lo definió Fernando García de Cortázar, director de la Fundación Vocento-, expuso el eje de este imprescindible ensayo, editado por Planeta. El libro es la destilación de una larga trayectoria intelectual, periodística y personal dedicada, tanto por circunstancias vitales como profesionales, al análisis del denominado «conflicto vasco». Zarzalejos vuelca el valor de la palabra como «necesidad vital» y trata de sostener que, «sin una reconversión ideológica absoluta, el «problema vasco» carece de salida porque su solución o paliativo depende de su racionalidad política y, especialmente, de su encarnadura moral».
El periodista subrayó que una de las formas de terminar con el llamado «problema vasco» es decir «¡basta!, no más». Ha llegado el momento -y ésta es la tesis última que el ensayista pretende que emerja de unas páginas perfectamente documentadas y admirablemente escritas- «de evitar que una amenaza de secesión arrebate el alma colectiva de la sociedad española y nos sumerja en una nueva crisis de identidad. En este momento no nos toca ceder ni un ápice más. Porque hacerlo podría ser el fin de la Nación que es la patria de las libertades».
«La historia del nacionalismo vasco es la crónica de una permanente deslealtad a la sociedad española», certifica el autor: «Entre ETA y el nacionalismo vasco han existido siempre vasos comunicantes. Son hechos históricos que los peores dirigentes del PNV han tomado las peores medidas del nacionalismo: su encanallamiento en una complicidad para una estrategia política con ETA, que ha sido el gran argumento del PNV. El nacionalismo es una enfermedad oportunista: sobre un mal procura otro». Y denuncia: «La secesión se ha puesto encima de la mesa cuando ETA declina».
Frente al «ocaso constitucional» y para evitar que «nos suicidemos como nación», José Antonio Zarzalejos apela a la unidad de acción emocional, intelectual y política de los partidos constitucionalistas. «Y desde esa unidad hay que decir No a la secesión».
ABC, 27/4/2005