Jon Juaristi-ABC

  • La oposición no tiene zorra idea de cómo proceder ante las disensiones internas del Frente Popular

Cuando dos zorras pelean entre sí por entrar en el gallinero, lo peor que puede hacer el perro de la casa es atacar a una de ellas, porque ambas se revolverán contra él. Debe limitarse a esperar a que una destroce a la otra, y lanzarse entonces sobre la vencedora. La pobrecita estará tan maltrecha y fatigada que no intentará defenderse. Esta parábola procede de un arte de la guerra indostánico atribuido a Ashoka IV, ‘Instrucción al kshatriya’ (siglo II a.C.). La derecha española ni lo ha olido.

Es cierto que el tratado de Ashoka IV es poco conocido en España. No está traducido a ninguna de las lenguas occidentales. Consiste en un desarrollo estratégico de la dialéctica infinita creación-conservación-destrucción personificada en la Trimurti hindú (Brahma-Vishnú-Shiva). Pero si la derecha carece de traductores del sánscrito o del tibetano, siempre puede recurrir a una obra mucho más difundida en estas latitudes, que trata prácticamente de lo mismo: ‘Two against One. Coalitions in Triads’ (1968), del sociólogo norteamericano Theodore Caplow, que desde 1974 cuenta con una traducción al español en Alianza Universidad (‘Dos contra uno. Teoría de las coaliciones en las tríadas’). Caplow viene a decir que toda sociedad, por pequeña que sea, presenta una estructura triádica. Cuando la situación de equilibrio de la tríada o ‘equilibrio de Nash’ se rompe por un antagonismo entre los dos componentes más débiles y el tercero, el más fuerte de los tres, interviene para pacificarlos, los dos rivales suspenden automáticamente las hostilidades y se alían de inmediato contra el pacificador. De los dos aliados uno sale fortalecido, y el otro, más débil, junto al antes fuerte y ahora derrotado, pasa a integrar el nuevo dúo de los pringados, y así hasta la siguiente bronca. Simmel ya aplicó este modelo a la historia de las civilizaciones, sin teorizarlo en exceso, y en psiquiatría se recurre a él para el tratamiento de los conflictos intrafamiliares.

Pues bien, lo que sucedió el miércoles en la Comisión de Defensa del Congreso empezó a parecerse al ejemplo de las dos zorras, aunque no llegara a su culminación. Cuando la ministra Robles se enzarzó con sus aliados de Podemos y, en particular, con Echenique, la oposición en bloque se apresuró a apuntalar a la compareciente, en la esperanza, un tanto estúpida, de romper o al menos deteriorar la coalición del Gobierno. Qué error. El primer resultado de la operación ha sido la suspensión de la trifulca entre Robles y Bolaños, que tanto prometía. Si la derecha insiste en su genial estrategia del divide y vencerás, lo más previsible es que Echenique y Robles se vayan juntos de copas -lo que, por otra parte, será digno de ver-, y la alianza socialcomunista reforzada ofrezca a la chusma la cabeza de la pobre Paz Esteban, cuyo propio nombre la predestina al sacrificio. Me temo que ni su primo Aitor hará lo mínimo por evitarlo.