Cuando el Barça juegue en la liga francesa

EL CONFIDENCIAL 28/10/14
JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS

Joan de Sagarra es un veterano y respetado periodista catalán que escribe unas interesantes crónicas en La Vanguardia. El domingo pasado, añadía a su artículo una postdata que reproduzco por su interés: “¿Qué sería de España con 7,5 millones de habitantes menos y sin el 20% de su riqueza?, ¿sin la Costa Brava y Cadaqués?, ¿sin la industria farmacéutica y el puerto de Barcelona?, ¿sin Miró y sin Gaudí?, ¿sin el Parc Güell y la casa Batlló?, ¿sin el pan tumaca (sic) y la fideuá?; ¿qué sería España sin Catalunya? Se pregunta Sandrine Morel en Le Monde (16 de octubre). «Pero hay algo más importante», escribe la señora Morel. «Algo que afecta directamente a todos los españoles, incluidos los catalanes: el clásico, el partido de fútbol que enfrenta al Barça con el Real Madrid’”.

Y continúa Sagarra: “Según la señora Morel, la independencia (sic) de Catalunya depende, en gran parte, de que en un futuro, próximo o lejano, los aficionados catalanes y españoles puedan seguir disfrutando del clásico. Según la señora Morel, apoyándose en el testimonio del periodista Francesc Aguilar (Mundo Deportivo), ha habido contactos, muy discretos, entre Catalunya y Francia sobre la posibilidad de que el Barça pudiese jugar en la Liga francesa. ¿Qué piensa de todo ello el madridista Mariano Rajoy?, ¿la independencia a cambio de mantener el clásico?”.

El texto de Sagarra puede parecer una boutade, pero sólo lo es en parte. El pasado sábado en el Santiago Bernabéu, se gritó «¡Viva España!» y ondearon banderas nacionales como si de un acto patriótico se tratara. Lógico. Era la respuesta al Barça que, días antes, se había adherido al Pacto por el Derecho a Decidir, sin observar cautela alguna por su papel en la Liga española. Aunque, insisto, lo que cuenta Sagarra, tomado de la crónica de Sandrine Morel en Le Monde, pueda parecer una excentricidad, no lo es en absoluto.

No debe extrañar que desde Barcelona se haya consultado con París que el Barça, eventualmente, jugase en un futuro en la liga francesa. Que nadie se olvide: durante más de una década, entre 1640 y 1652 (la guerra de los Segadores), Cataluña se entregó al yugo de la monarquía gala, de la que, por cierto, acabó hastiada hasta el punto de volver al redil de Felipe IV

¿Alguien pudo haber sospechado que la Generalitat ordenase acuñar monedas de dos euros en China con leyendas patrióticas? Pues vayan a Crónica del diario El Mundo del pasado domingo y leerán esa noticia, que no es un cuento. Mas ha hecho acuñar euros a modo de moneda conmemorativa de su proceso soberanista. Y está demostrando que convierte un eufemístico “proceso participativo” en una consulta en toda regla aunque sea, como ha denunciado Rajoy, antidemocrática, o según Catalá, un fraude de ley, porque carece de las más elementales garantías, como una Administración electoral y un censo.

Pero no importa. Están embalados, aunque con el equilibrio perdido y la unidad cuarteada. Así que no debe extrañar en absoluto que desde Barcelona se haya consultado con París que el Barça, eventualmente, jugase en un futuro en la liga francesa. Que nadie se olvide: durante más de una década, entre 1640 y 1652 (la guerra de los Segadores), Cataluña se entregó al yugo de la monarquía gala, de la que, por cierto, acabó hastiada hasta el punto de volver al redil de Felipe IV.

Cataluña se está yendo de las manos. La “astucia” a la que apelaba Mas ha conseguido que el sucedáneo del 9-N pudiera no parecerlo. Carles Castro, en La Vanguardia, ha vuelto a reiterar algunas cifras: si la movilización es superior al 35% del censo, el 9-N “anticiparía la mayoría soberanista en unas elecciones catalanas”. Sólo si baja del 30% el bloque secesionista tendría dificultades para una mayoría absoluta en el Parlamento.

El domingo, por si fueran pocos los indicios, El Periódico de Catalunya cuenta las interioridades de las reuniones del presidente de la Generalitat con los partidos proconsulta, atribuyendo a Mas la siguiente frase entrecomillada: “Tenemos que engañar al Estado”. ¿Lo están consiguiendo? Desde luego, si se leen las crónicas interiores sobre el discurrir de los encuentros de los dirigentes soberanistas, la impresión no puede ser más desalentadora.

Hace un par de semanas escuché a Rosa Díez insistir en que ella salió »tranquila» de la Moncloa después de su entrevista con Rajoy. Decía la dirigente de UPyD que su tranquilidad era el resultado de comprobar que el Gobierno ‘tenía una estrategia’ para Cataluña. No estaría mal que el presidente nos la desvelase

Especialmente, si fuese cierto, como asegura el periódico barcelonés, que el presidente de la Generalitat dictará un decreto de convocatoria el día 8 de noviembre, sin tiempo, por lo tanto, de que el Gobierno interponga un recurso ante el Constitucional y el supuesto “proceso participativo” quede suspendido.

Dos millones de síes el 9-N (según el cálculo del bien informado Carles Castro) adelantarían una victoria proindependentista que se materializaría en fórmulas de resistencia, negociación o directa declaración de la secesión, sin que el Gobierno nos aclare demasiado bien cómo lo evitaría.

Hace un par de semanas escuché a Rosa Díez –que no quería off the record alguno– insistir en que ella salió “tranquila” de la Moncloa después de su  entrevista con Mariano Rajoy el pasado 3 de septiembre. Decía la dirigente de UPyD que su tranquilidad era el resultado de comprobar que el Gobierno “tenía una estrategia” para Cataluña. No la contó ni off ni on the record.

No estaría mal que el presidente nos la desvelase. Para valorar las posibilidades de que el Barça juegue o no en la liga francesa. Entre otras muchas cosas más y mucho más graves e importantes. Como la de la corrupción de la Operación Púnica o la cuenta en Andorra que el alcalde de la Ciudad Condal, Xavier Trias, dice no tener.