Antonio Troitiño, el capítulo más sanguinario de ETA y sus «años de plomo»

ABC, 30/6/12

Hipercor, plaza República Dominicana, «Comando Madrid»… ahí estuvo este pistolero de ETA nacido en un pueblo de Palencia

«Cuando un miembro del colectivo de presos sale de prisión sin haber sucumbido al arrepentimiento sigue siendo miembro activo de ETA y lo seguirá siendo». Esta es la premisa impuesta por los cabecillas de la banda a su «frente de makos» y que ha sido asumida al cien por cien por Antonio Troitiño Erraz, «Miguel Ángel», que poco después deabandonar la prisión de Huelva se puso a disposición del «comité ejecutivo» de la banda criminal.

La precipitada excarcelación del autor de más de veinte asesinatos cuando fue miembro del «comando Madrid» en los años de «plomo» cogió por sorpresa incluso a los cabecillas de la banda, que tenían previsto incluirle en la dirección del frente de prisiones, junto a otros pistoleros con amplio historial sanguinario, como «Kubati», ya que prefieren contar con los más veteranos, porque los etarras de última generación no les inspiran confianza.

Antonio Troitiño defendió las posiciones más duras en el debate interno que los presos de la banda mantuvieron en 2008. Así, según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ABC, Antonio, junto a su hermano Domingo Troitiño, coautor de la matanza de Hipercor, se erigió como máximo defensor de la denominada ponencia «Mugarri», la elaborada por la «ETA de los comandos» que defendía la estrategia «político-militar», esto es, la que proponía la alternancia de los atentados más indiscriminados con argucias políticas, como treguas trampa, frente la ponencia «Zutiz Euskal Herria», promovida por Arnaldo Otegi y compañía encaminada a fomentar la apuesta por las vías exclusivamentee políticas.

Contra «el Gordo» Otegui

«¿Dónde estaba en aquellos años de lucha «el Gordo» (Otegui), cuando muchos de nosotros dimos lo mejor de lo que teníamos a favor de Euskal Herria, de su lucha y su libertad nacional?», planteaba en el citado debate interno Antonio Troitiño junto a otros reclusos duros entre los duros, como su hermano Domingo, «Kubati» 0 Isidro Garalde «Mamarru», entre otros.

Sin embargo, tras eludir la acción de la Justicia el pasado año, Troitiño fue informado por la dirección de la banda de su intención de anunciar el «cese definitivo de la lucha armada», y lo aceptó. Una decisión que responde a la tradicional disciplina de los pistoleros respecto a las consignas de la dirección actual, y no a las propias convicciones.

Antonio Troitiño ha protagonizado en primera persona singular el capítulo más cruel de esa historia que resume los «años de plomo» de ETA. Solo en un año, 1986, perepetró una veintema de asesinatos, y ello pese a que ETA todavía no había perfeccionado sus artefactos explosivos que con el paso de los años se hicieron más letales.

Ese fatítico año de 1986 participó en el asesinato de cinco guardias civiles, el23 de abril, a la misma hora en la que en una «herriko taberna» Herri Batasuna y el PNV de Arzallus intentaban sentar las bases para hacer un frente común con el que imponer al Gobierno, desde una posición de fuerza, una negociacióm.

Matanza de la plaza Rep. Dominicana

Poco después, el «comando Madrid», en el que Antonio Troitiño «acumulaba fuerzas» con otros pistoleros, como Ignacio de Juana Chaos, Esteban Esteban Nieto o Inmaculada Noble Goikoetxea, causó la matanza de doce jóvenes guardias civiles en el atentado con coche boma perpetrado en la plaza de la República Dominicana, de Madrid. No se arrepintió entones. Por ello, intervino en el asesinato del teniente coronel Carlos Besteiro, el comandante Ricardo Sáenz de Inestrillas, y del soldado Francisco Casillas.

Su historial criminal pudo ser más cruento si hubiera logrado asesinar al entonces presidente del Consejo General del Poder Judicial, Antonio Hernández Gil, o al fiscal general del Estado Burón Barba. Antes de aterrizar en la capital de España, Antonio Troitiño perteneció al «comando Aizkora» con el que asesinó al carnicero de Irún Lorenzo Mendizábal, y a Ángel Zapata Antolín, un gran guardia civil que había logrado desenganchar de la droga a un elevado número de jóvenes de la zona de Rentería, Pasajes y San Sebastián.

Antonio es hermano de Domingo, otro pistolero que pertenece al «clan de los Troitiño»,originarios de Tariego de Cerrato, en Palencia. El hijo de este, Joseba, detenido en Francia cuando acababa de asumir la jefatura de los «comandos», demuestra una saga volcada a la causa del genocidio etarra.

ABC, 30/6/12