Aprender de la izquierda

La diferencia más interesante de la izquierda y de la derecha en los últimos veinte años está en su evolución ideológica. La primera se acercó a los intelectuales y a los movimientos sociales de la izquierda. La segunda se encerró en la reivindicación de su superioridad moral e ideológica y en la satanización de la derecha como supuestamente nostálgica del franquismo.

Rajoy ha reconocido en Valencia que él sí ha aprendido de la izquierda. Su mensaje tiene bastante de estrategia electoral para la atracción de nuevos votantes desencantados con Zapatero. También de diferenciación de su perfil moderado respecto al intolerante de Zapatero. Pero su aspecto más interesante y novedoso es otro. El de la asunción por Rajoy del liderazgo de un movimiento que el PP comenzó a mediados de los noventa, la apertura hacia algunas ideas de la izquierda intelectual y la búsqueda del diálogo con la izquierda intelectual y política en los dos grandes temas nacionales, el Estado autonómico y el terrorismo.

Es ahí donde se encuentra la diferencia más interesante de la izquierda y de la derecha en los últimos veinte años. En su evolución ideológica. En la evolución de la derecha y en la parálisis de la izquierda. La primera se acercó a los intelectuales y a los movimientos sociales de la izquierda. La segunda se encerró en la reivindicación de su superioridad moral e ideológica y en la satanización de la derecha como supuestamente nostálgica del franquismo.

Ese contraste ha marcado el cambio de liderazgo en el movimiento modernizador y de cambio en España. Lo estuvo en la izquierda hasta finales de los ochenta, tanto en el impulso a la democratización como en el desarrollo del Estado del Bienestar como en la preocupación por los derechos de las minorías. Y lo ha estado en la derecha desde entonces, tanto en el desarrollo de un Estado fuerte como en la superación de los traumas del pasado y en la puesta en valor de la meritocracia o de los derechos liberales.

Creo que se equivoca el partido de Rosa Díez y Savater cuando minimiza la dicotomía izquierda-derecha y apela a su superación. Porque la dicotomía mantiene una fuerza central en la vida política europea. La clave del cambio no está en su superación sino en la capacidad de tolerancia hacia el otro y en el reconocimiento de sus aportaciones. Es lo que hace la propia UPD desde la izquierda. Y es lo que propone Rajoy desde la derecha. El liderazgo de la modernización y del cambio en la España de hoy está en esa llamada.

Edurne Uriarte, ABC, 29/10/2007