C.S.C.

EL MUNDO 25/04/14
SANTIAGO GONZÁLEZ

Hubo un tiempo en que la izquierda española miraba a Cataluña con dosis armónicas de admiración y perplejidad. Los socialistas querían ser como el PSC, aunque considerasen que podía estar mejor gobernado. Obiols era un inevitable Poulidor frente a Pujol, un segundón sin remedio. Ah, si el PSC estuviera gobernado por Maragall, aquel gran alcalde de Barcelona. O Nadal, el gran alcalde de Gerona. El modelo socialista catalán fueron los dos alcaldes citados durante los 23 años que duró el pujolato.
Uno soñó con ver a Maragall ganándole unas autonómicas a Jordi Pujol. No fue a Pujol, sino a un político más mediocre que él había dejado al frente del negocio; y fue entonces cuando nuestro sueño comenzó a convertirse en pesadilla. Luego se comprobó que las cosas siempre pueden empeorar, según la Ley de Murphy, y llegó Montilla. Y después Mas. No haré pronósticos, por si a éste le sucede Junqueras o, vete a saber, incluso puede que Marta Rovira.
Lejos ya los restos del esplendor, con Maragall en el limbo, su hermano Ernest de meritorio en ERC, le ha tocado el turno a Nadal y a nueve de los suyos, que anunciaron el martes su desinterés por el partido, con razones que Nadal ha explicado a Pere Navarro en un pliego de cargos con forma de carta abierta.También por las ondas de Catalunya Radio. Al ex alcalde de Gerona le gustaría que Pere Navarro fuese capaz de hacer la operación Puigcercós: «Autodeglución [sic] para situar a un independiente al frente del partido». ¿Cómo se autodeglute uno a sí mismo, si me perdonan el pleonasmo? Navarro debe andarse con ojo y no distraerse en el intento: Nadal, tras su renuncia en el PSC, estaría en condiciones de ofrecerse como independiente para la refundación de la C.S.C. (Confederació de Socialistes de Catalunya). O para fichar a Puigcercós, eso ya no sé. La carta es un memorial de agravios, un descargo de subjetividad herida, en la que apenas plantea dos cuestiones políticas. La primera es que su posición favorable al derecho a decidir cayó como «una bomba atómica» en el PSC y fue bastante bien recibida por el resto del mundo. «Nacionalista», debería haber añadido por el aquel de la precisión. La otra es un error de apreciación.Nadal aspiraba a un lugar para «las posiciones gerundenses en el espacio socialista» y, al parecer, el nacionalismo del PSC no llega aún hasta ese grado de cantonalización.
La Federación Gerundense. Es lo que hay. El PSC es el partido que más se parece a Cataluña, como el PSOE a España. Quizá sea ésa la razón de que propongan el federalismo como remedio para el separatismo. Pero si no sirve para impedir la implosión en el partido, ¿por qué iba a atajar la secesión de España y la ruptura de la propia Cataluña? No se perderá gran cosa. Ya han perdido a sus votantes; a nadie le va a importar que se rompa la herramienta. PSC-RIP.