José Alejandro Vara-Vozpópuli

¿Dónde está Koldo? Saltaron las alarmas este jueves, casi al tiempo que el pase del Madrid para las semis. El protagonista de la trama de corrupción que sacude al PSOE se había evaporado. Eso al menos trascendió desde fuentes del PP, en una alarma infundada como aclaró Vozpópuli con una simple llamadita al protagonista. Koldo García, mano derecha de José Luis Ábalos cuando ejercía de número dos del Gobierno y del partido sanchista , es el encargado de inaugurar las comisiones de investigación del Senado por el llamado ‘caso de las mascarillas’.

Este circo parlamentario se estrena este lunes en dos pistas. La del Senado, que maneja el PP, y la del Congreso que dirige el PSOE. Cada una tiene un objetivo distinto. La primera busca aclarar la densa nube de sospechas que envuelve la actividad profesional de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno y devenida en presunta conseguidora de una serie de trepas y apandadores. En la segunda se pretende emponzoñar a la presidenta de la Comunidad de Madrid por los asuntos fiscales de su pareja. Ambas performances abren sus puertas con un invitado de campanillas. La de mayoría socialista lo hace con Salvador Illa, ministro de Sanidad, máximo responsable de la deplorable gestión de la pandemia y ahora sumido en la vorágine de la precampaña de las catalanas, donde aspira, sin fundamento, a asumir la presidencia de la Generalitat. Estrena la del PP el mentado aizkolari Koldo, con fanfarria mediática y escasas esperanzas de que aporte un gramo de clarificación a la causa. El exasesor de Ábalos está siendo investigado por la Audiencia Nacional y resultaría extraño que incurriera en alguna revelación sorprendente.

Montar comisiones de investigación en paralelo a la actuación de los tribunales resulta un empeño falaz y tramposo. Una habitual añagaza que desemboca en griterío de corrala. No se persigue la verdad sino el ruido, no se pretende colaborar con la Justicia sino entorpecerla, con acusaciones vanas, señalamientos impropios y contiendas verbales que ocuparán algunos minutos de telediario.

En esta kermés nada heroïque, vuela la sospecha de un acuerdo entre los bloques mayoritarios para que no acudan a la sala ni Begoña y el novio de Ayuso. Tengamos la fiesta en paz.

Las previas de este show han resultado algo estrambóticas. Para empezar, el Congreso ha citado a 136 declarantes en tanto que la otra Cámara se conforma con 63. Más o menos, como si pensaran prolongar el serial hasta fin de año. Entre los primeros no aparecía, curiosamente, Ábalos, eje central de la trama, puesto que desde su Ministerio se apañaron los casos más cantosos de la compra de mascarillas. Los socios de Sánchez exigieron su presencia en esta parada de los monstruos y así será. Se produjo también un curioso lío con los fiscales. La comisión de la Cámara Baja había citado a tres representantes del ministerio público, lo que desató las iras del ministro del ramo, Félix Bolaños, y del jefe de la fiscalía general, el polémico Álvaro García. ¿Cómo van a declarar jueces y fiscales sobre causas que están instruyendo?, clamó Bolaños. Una evidencia más de la descoordinación que impera en el Gobierno y de las ansias de meter cuchillo por parte de los separatistas catalanes en plena carrera ante las urnas. Al final le echaron las culpas a Patxi López, jefe de la bancada colorada, que asume sin pestañear el facundo papel de payaso de las bofetadas, para eso lo tienen. También es de reseñar que en esta kermés nada heroïque, vuela la sospecha de un acuerdo entre los bloques mayoritarios para que no acudan a la sala ni Begoña y el novio de Ayuso. Tengamos la fiesta en paz. Al menos, dentro de los límites civilizados…

Las expectativas de un inesperado golpe de efecto se centran en el Senado, donde se están citados algunos de los máximos protagonistas del conspicuo entorno Begoña, y cuyas voces hasta ahora apenas se han podido escuchar

Siempre, eso sí, puede brotar alguna sorpresa, como esa niñata con cuchillo en los filmes de terror. Quizás algún parlamentario acierte con la pregunta y logre extraer una información inesperada de algún inhábil compareciente. En el Congreso no caben novedades. Tan chusca y sectaria es esa comisión que el 83 por ciento de la documentación que se ha reclamado corresponde a comunidades y personeros del PP. Las expectativas de un inesperado golpe de efecto se centran en el Senado, donde están citados algunos de los máximos protagonistas del conspicuo entorno Begoña, y cuyas voces hasta ahora apenas se han podido escuchar. Han sido citados a la palestra Javier Hidalgo (el dueño de Air Europa), Juan Carlos Cueto, (‘cerebro’ de todas las operaciones), Víctor de Aldama, (el infaltable ‘comisionista’ e íntimo de Hidalgo), Carlos Barrabés (mentor del máster de Begoña Gómez y avalado por ella en documento detalor), amén de Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Fútbol, que también aparece sospechosamente en el ámbito Hidalgo con República Dominicana como infaltable telón de fondo y escenario de oscuras operaciones.

Esta gran astracanada del Legislativo, esta macrorave del ‘y tú más’, puede desarbolar el guion del escepticismo y estallar gozosamente con un estrepitoso sacudón. Un interrogatorio bien llevado, un imprevisible desliz, una palabra fuera de sitio, un patoso con ínfulas de Cicerón, transformarían, de repente, esta patochada en el elemento revelador del mayor episodio de corrupción de nuestra democracia. Permanezcan atentos a sus pantallas.