De Euzkadi a Euskal Selekzioa

Transcurridos casi 75 años desde el nacimiento del simbólico Euzkadi, su instrumentalización política convierta los significados territoriales de ‘Euskadi’ y ‘Euskal Herria’ en antónimos, dividiendo y enfrentando a la comunidad abertzale, no tanto por los objetivos políticos como por los símbolos, los medios y los ritmos.

Tras muchas dudas y presiones, hoy se recupera el habitual partido de fútbol del combinado vasco. Por vez primera el equipo se denomina Euskal Selekzioa (Selección Vasca), en sustitución de su último y polémico nombre, Euskal Herria. Bajo su nueva denominación se convoca, como en otras ocasiones, a jugadores de la Comunidad Autónoma de Euskadi, de Navarra y del País Vasco francés. En este sentido, la plataforma Euskal Herriko Futbolariak reconoce que el cambio de nombre refleja el deseo de superar un evento festivo y recaudatorio para el fútbol base por un encuentro reivindicativo por la oficialidad y la territorialidad. Estos objetivos coinciden con los defendidos por Esait (Euskal Selekzioaren Aldeko Iritzi Taldea /Grupo de Opinión a favor de las Selecciones Vascas).

El origen histórico de este equipo se encuentra en plena Guerra Civil, cuando el Gobierno Provisional del País Vasco crea el equipo Euzkadi (1937-1939) con un claro objetivo propagandístico en Europa y América, y en menor medida económico. Esta selección representa «a la juventud vasca que lucha en el frente por la libertad» con una misión «puramente humanitaria y pacífica», y cuyos fondos se destinan a la compra de alimentos y medicinas para la Consejería de Asistencia Social dirigida por el socialista Juan Gracia. Esta iniciativa es una más -como las giras de grupos corales y de danzas Eresoinka y Elai-Alai- de las que utiliza el primer Gobierno vasco para darse a conocer internacionalmente. La idea de recurrir al fútbol como plataforma propagandística y recaudatoria tiene su precedente inmediato en los partidos celebrados a principios de 1937 en Bilbao entre los equipos de gudaris de ANV y del PNV, y entre una selección vizcaína y otra de refugiados guipuzcoanos. El delegado del Euzkadi, Ricardo Irezábal, había sido presidente del Athletic de Bilbao cuando el lehendakari Aguirre (PNV) era uno de sus jugadores (1921-1926). De igual manera, el representante del gobierno autónomo en la gira europea, Manuel de la Sota, había sido presidente del Athletic y posteriormente había organizado dos encuentros, en 1930 y 1931, entre una selección vasca -Vasconia- y otra de Cataluña. Sota, nacionalista radical, era entonces íntimo colaborador de Aguirre.

En la guerra se cuida mucho el aspecto simbólico de la selección vasca: desde su denominación -el neologismo sabiniano Euzkadi- hasta su indumentaria. Por un lado, luce la famosa ‘E’ gótica del periódico peneuvista ‘Euzkadi’ en el bolsillo de sus chaquetas, al igual que en las camisas de los ertzainas y en las matrículas de su parque móvil. Por otro, su equipación adopta los colores de la ikurriña: la camiseta verde con el escudo del Gobierno vasco, el pantalón blanco y las medias rojas. El emblema del Euzkadi’ko Jaurlaritza está formado por la versión jeltzale de los escudos de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, aunque esta última no estaba incluida en el Estatuto Vasco del 36.

Durante la Transición se recupera la idea de tener una selección de fútbol con el nombre de Euskadi (1979-2006) como medio para reivindicar el hecho diferencial vasco. Su primer encuentro se celebra, significativamente, contra Irlanda en el contexto de la campaña Bai euskarari en las fiestas bilbaínas de agosto de 1979. El saque de honor lo realizan dos jugadores del mítico Euzkadi de la guerra. El partido está marcado por la polémica al negarse Osasuna a ceder a sus jugadores y prohibirse la interpretación del Gernikako Arbola. Esto último provoca que Garaikoetxea (PNV), presidente del preautonómico Consejo General del País Vasco, abandone el palco. Meses después, y con el mismo objetivo, se juega otro partido en San Sebastián y al año siguiente en Vitoria. Desde entonces se celebran más de una veintena de encuentros con el nombre de Euskadi.

En 2007 el equipo se rebautiza como Selección de Euskal Herria / Euskal Herriko Selekzioa frente al tradicional de Selección de Euskadi. Este cambio, sin importancia aparente, causa un gran malestar en el PNV, partidario de su reconocimiento como selección oficial. Horas antes del encuentro, los gobiernos autonómicos vasco (de Ibarretxe), catalán y gallego firman la Declaración de San Mamés a favor del reconocimiento de la oficialidad de sus selecciones. Asimismo, Esait organiza una manifestación presidida por una pancarta con el lema ‘Euskal Herria nazio bat selekzio bat’ y el escudo de Euskal Herria con el diseño de Udalbiltza. Al inicio del partido, los jugadores saltan al campo con una pancarta similar (‘Euskal Herria nazio bat selekzio bat / Catalunya una nació una selecció’), pero sin el escudo, emblema que sí se incorpora a la camiseta. Con este precedente, la Federación Vasca de Fútbol contrata a la selección de Irán para el partido navideño de 2008, que finalmente no se celebra por la oposición de los jugadores a participar como Euskadi. Paralelamente, Esait se manifiesta con la misma pancarta del año anterior, a la que le añaden el mapa y el escudo de Euskal Herria y la petición de una federación propia. En 2009, esta vez con el gobierno del socialista Patxi López, tampoco se disputa el tradicional partido navideño porque la Federación Vasca no accede al cambio de denominación.

Resulta paradójico que, transcurridos casi 75 años desde el nacimiento del simbólico Euzkadi, su instrumentalización política convierta los significados territoriales de los términos Euskadi y Euskal Herria en antónimos: dividiendo y enfrentando a la comunidad abertzale, no tanto por los objetivos políticos como por los símbolos, los medios y los ritmos. Mientras tanto, y tras dos años sin partido de fútbol navideño, se ha logrado consensuar la polisémica denominación de Euskal Selekzioa, que para la Federación Vasca se circunscribe a la Comunidad Autónoma del País Vasco y para los nacionalistas representa -y debe representar- a Euskal Herria.

(Lorenzo Sebastián es historiador)

Lorenzo Sebastián, EL CORREO, 29/12/2010