El ascenso meteórico de Podemos obliga a reaccionar a PSOE y PP

EDITORIAL EL MUNDO – 31/08/14

· El desplome de los dos grandes partidos y la irrupción de Podemos fueron las dos notas principales de las elecciones al Parlamento Europeo. El castigo infligido a PP y PSOE fue tal que muchos analistas vaticinaron entonces el fin del bipartidismo. Tres meses después, el último estudio de Sigma Dos para EL MUNDO permite corregir algunas conclusiones de aquellos comicios, en los que PP y PSOE perdieron cinco millones de votos respecto de las europeas de 2009.

El resultado de esta encuesta –realizada del 26 al 28 de agosto a partir de 1.000 entrevistas telefónicas– confirma que el fenómeno Podemos, lejos de ser coyuntural, está causando una auténtica convulsión en la izquierda. También, que el PP se recupera ligeramente de aquel batacazo (sube del 26% al 30% de los votos), lo que iría en consonancia con la mejora de los datos macroeconómicos. El PSOE permanece estancado, pese a la buena recepción que ha tenido Pedro Sánchez entre un electorado en el que todos los dirigentes jóvenes son bien valorados. E IU (4,1%) parece condenada a ser fagocitada por la formación de Pablo Iglesias, tras perder seis puntos respecto al 25-M.

La entrada de Podemos ha supuesto un terremoto sin precedentes en el mapa político español, si tenemos en cuenta cómo ha evolucionado la intención de voto de un partido que tiene sólo medio año de vida, que carece de implantación territorial y cuyo crecimiento meteórico se basa en que sus dirigentes dicen a la gente lo que quiere oír, sin tener en cuenta si sus propuestas son viables. De celebrarse hoy las elecciones, Podemos (21,2%) multiplicaría casi por tres la cosecha de votos del 25-M y se convertiría en la tercera fuerza política del país a tan sólo un punto de distancia del PSOE (22,3%), que caería siete décimas.

Si reparamos además en que Pablo Iglesias es el político mejor valorado (4,48) y que también es más conocido que el secretario general del PSOE, está claro que Podemos se ha consolidado como una alternativa real a los socialistas. No en vano, eso es lo que piensa ya la mayoría de los ciudadanos. La existencia pues de un único partido de centro derecha y de un partido de izquierda emergente obliga a replantearse si el bipartidismo está en crisis o si, simplemente, la izquierda está radicalizándose y cambiando a sus protagonistas.

En esta tesitura, el PSOE debe eludir la tentación de imitar a Podemos –una querencia que ya le pasa factura a IU–, pero también debe evitar su victimización. La inédita experiencia institucional de Podemos le concede una especie de inmunidad frente a las críticas, de tal modo que cuanto más furibundos son los ataques de sus rivales más fortalecido sale.

UPyD (5,6%) aprovecha el desplome de IU para convertirse en cuarta fuerza política. Sin embargo, el partido de Rosa Díez ha perdido un punto en intención de voto en tres meses. El estudio de Sigma Dos se realizó después de la disputa abierta por la propuesta de pacto con Ciudadanos que formuló Sosa Wagner. Esta opción estratégica la respaldan el 48% de los votantes de la formación magenta. Por tro lado, cabe reseñar que prácticamente el 50% de los encuestados se opone a una coalición entre Podemos e IU, frente al 44% que sí la apoya. En el caso de los votantes de IU, el apoyo a este pacto es del 68%, lo que ratifica a la formación de Cayo Lara como granero del nuevo fenómeno político.

Aún queda mucho tiempo para las elecciones municipales y autonómicas de 2015, pero todo indica que los dos partidos mayoritarios tienen una ardua tarea. El PSOE de Pedro Sánchez debe neutralizar el efecto Podemos con un discurso institucional, ponderado y riguroso: las mejores armas contra el populismo de nuevo cuño. El PP está recuperándose del varapalo de hace tres meses, lo que puede atribuirse a que parte del electorado ya percibe cierta mejoría en la economía. Sin embargo, tan sólo el 24% admite como eficaces las medidas adoptadas por el Gobierno para salir de la crisis. Rajoy tiene por delante una importante labor pedagógica en este sentido.

EDITORIAL EL MUNDO – 31/08/14