El discurso según ETB

EL MUNDO 26/12/14
SANTIAGO GONZÁLEZ

Ayer tuvo lugar un clásico navideño vasco. Superada la anomalía del Gobierno que encabezó Patxi López, tras las autonómicas de 2009, la llegada de Urkullu restableció el orden en los dos aspectos televisivos que habían sido vulnerados por los socialistas: el mapa del tiempo, reducido por los intrusos a la Comunidad Autónoma Vasca, y el discurso navideño del Rey, que empezó a emitirse, también por ETB.

En el Teleberri de las nueve de la noche, a la misma hora en que los demás informativos de las televisiones públicas emitían el primer mensaje navideño de Felipe VI, ETB informaba del precio del marisco, la cabalgata del Olentzero, el maratón de compras, la protesta del alcalde Maroto porque no han seleccionado a ningún jugador del Alavés para la Euskal Selekzioa y otra docena de asuntos menores. En el minuto 12 se incluyeron 35 segundos de lo que a esa hora se estaba viendo en otras cadenas.

Y una vez más se produjo el milagro. Lo que no había sido noticia la noche anterior fue lo más importante del Teleberri de Pascua por las reacciones al discurso real. Empezando por el portavoz nacionalista en el Congreso, Aitor Esteban. Quizá no encontró suficiente su condena de la corrupción. Esteban es cuñado del alcalde Arruabarrena, presunto implicado en el caso Pinosolo. Hasta Artur Mas apareció en ETB criticando el discurso real en el aniversario de Maciá, no digo más.

Uno no comprende el criterio de lo que es noticia para la directora general, Maite Iturbe. Pero hombre, mujer: era el primer discurso navideño como Rey de Felipe VI, se producía al día siguiente de que su hermana fuera procesada por el caso Nóos y, en última instancia, el artífice de la historia era un vasco, un chico de una buena familia, del partido de toda la vida. ¡Es que el caballo de esta Troya es nuestro!

El mes pasado, EH Bildu la salvó de la reprobación del Parlamento; lo callado está dicho, si me permiten expresarme en mis columnas como el juez JoséCastro en sus autos.

Respondiendo a una pregunta del Partido Popular en el Consejo de Administración del ente sobre las razones por las que ETB emitió Asier eta biok (Asier y yo), relato de una historia de amistad del autor, Aitor Merino, con un terrorista y, en cambio, no ha programado 1980, el documental de Iñaki Arteta que repasa el año con más asesinatos de ETA: 1998. Y la directora generala, Maite Iturbe, coge y agarra y va y dice que ella no lo ha visto, pero que por las opiniones que le han llegado tiene entendido que se trata de «un filme sesgado».

Bendita madalena proustiana que me hizo recordar uno de los momentos sublimes de nuestro anterior presidente, tan denostado por algunos, aunque los hechos y sus epígonos le den la razón, incluso en lo que nos parecieron caprichos etimológicos.
En febrero de 2006, durante un acto de homenaje a Francisco Tomás y Valiente en el décimo aniversario de su asesinato, el inolvidable Rodríguez Zapatero dijo: «El terror ha sesgado muchas vidas, pero no podemos sesgar la esperanza». Quizá tenga razón su discípula Iturbe y sea una película sesgada. Noventa y ocho veces.