El Gobierno mantiene el diálogo con la Generalitat a la espera del fracaso del 9-N

ABC – 08/10/14

· Sáenz de Santamaría y Joana Ortega abordan cuestiones económicas y administrativas; Rajoy deja una puerta abierta a Mas «dentro de la ley».

A pesar del proyecto secesionista del presidente Artur Mas, empeñado en celebrar una consulta el 9 de noviembre pese a la suspensión dictada por el Tribunal Constitucional (TC) a instancias del Gobierno, los puentes entre La Moncloa y la Generalitat no están del todo rotos. Según ha podido saber ABC, la vicepresidenta del Ejecutivo español, Soraya Sáenz de Santamaría, y la vicepresidenta autonómica catalana, Joana Ortega, mantienen contactos periódicos para abordar cuestiones relacionadas con infraestructuras, lengua, cultura y economía. Aunque la suspensión de la consulta y el posterior incumplimiento de la Generalitat ha enfriado aún más la relación entre ambas administraciones, se mantiene abierta una vía de comunicación, a la espera del fracaso definitivo del 9 de noviembre.

La sintonía entre ambas dirigentes siempre fue buena y, a pesar de que el proyecto soberanista de Mas provoca enormes desencuentros, la relación se mantiene. Ortega, dirigente de Unió Democràtica de Cataluña, ha manifestado en diversas ocasiones su rechazo a una consulta ilegal, lo que ha provocado tensión en las reuniones semanales del Ejecutivo autonómico.

No obstante, la consulta es un tema tabú en los contactos entre Santamaría y Ortega, ya que las posiciones en este ámbito están muy enconadas. El diálogo, por tanto, se centra especialmente en el listado de 23 cuestiones pendientes que, a modo de agravios, Artur Mas entregó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la reunión que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa el pasado 30 de julio. Se trata de asuntos relacionados con la lengua, inversiones pendientes, transferencia de competencias o cumplimiento de sentencias del TC favorables a Cataluña.

Tender puentes

Rajoy siempre se ha mostrado dispuesto a hablar y llegar a acuerdos sobre esos asuntos, siempre que estuvieran dentro de la Constitución. Desde el primer momento dejó sentado que la consulta del 9 de noviembre no se iba a celebrar, porque es ilegal, y no había nada que negociar ni hablar sobre ello. A partir de ahí, dejó la puerta abierta a otro tipo de acuerdos, algo que recordó en su reciente visita a China en forma de proverbio: «La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta».

En La Moncloa se ha dejado una puerta abierta, no para hablar de la consulta, sino para encauzar un diálogo con el presidente de la Generalitat, siempre en los límites de la Constitución, con una agenda abierta. En ese sentido, en el Ejecutivo se consideró positivo que Mas entregase un documento con sus 23 propuestas a Rajoy en su último encuentro, ya que demostraba que hay un camino que explorar, sobre asuntos que afectan a la comunidad autónoma, más allá del pulso independentista.

El presidente del Gobierno aceptó

estudiar las propuestas y hablar sobre ellas, como haría con las reivindicaciones que le presentase cualquier otro presidente autonómico. «Algunas propuestas son razonables, otras son más discutibles. De lo que no voy a hablar es de violentar la ley», advierte Rajoy.

También están trabajando conjuntamente entre consejerías y ministerios, aunque la escalada de tensión por la convocatoria de la consulta ha dejado en un segundo plano otro tipo de cuestiones. Conocida es la estrecha relación que mantienen la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el consejero de Territorio, Santi Vila.

En el diálogo entre Madrid y Barcelona solía tener un papel protagonista el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Duran Lleida –ahora dedicado a constituir un movimiento centrista con UDC–. Hoy por hoy, su partido es considerado por el núcleo duro de Mas como un socio menor y, en ocasiones, incómodo, dado su rechazo a la independencia. Dicho de otra manera, la nueva Convergència escorada hacia el independentismo no confía en Duran.

CDC, sin enlace en Madrid

Actualmente, Convergència no tiene ningún enlace relevante en la política nacional. En su momento, el presidente Mas contó con Jordi Vilajoana, al que considera su único amigo, pero desde hace año y medio es secretario de Presidencia de la Generalitat. Antes de que fuera nombrado para este cargo, el PP contactó con él, hombre de talante dialogante, para allanar el terreno de una negociación, pero los contactos no prosperaron.

ABC – 08/10/14