El PSE apoyó ante los presos de ETA una política carcelaria «más flexible»

EL MUNDO 10/02/13

· Describió a Pedraza como una «buena ama de casa» ante interlocutores de los reclusos.

Pidieron discreción y que el encuentro quedara, de momento, en el plano de lo privado. Así ha sido, pero los interlocutores del colectivo de presos de ETA sí se lo contaron a los suyos, al núcleo duro de los internos terroristas, para que supieran lo que había ocurrido: un acercamiento a dirigentes del Partido Socialista.

La banda terrorista y su entorno hacen actas de todo, y de estos encuentros privados, también. En ellas se detalla la reunión que el pasado 17 de octubre mantuvieron los interlocutores del colectivo de presos de ETA -entre ellos, la que fuera abogada de los etarras, Arantza Zulueta- con dos dirigentes del Partido Socialista de Euskadi. En concreto, por parte del PSE estaban Alfonso Gil y Jesús Loza que, según recogen en sus escritos los integrantes del colectivo de presos, acudieron «en nombre del partido, no en nombre de otra organización».

Los autodenominados como mediadores del colectivo de presos de ETA, entre los que se encuentran ex reclusos y procesados pendientes de juicio, como Zulueta, comenzaron el pasado mes de julio una ronda de contactos con movimientos sociales y políticos del País Vasco para buscar «una solución al problema de los presos». Es decir, para tratar de captar adhesiones en su campaña de presión al Gobierno para que haga movimientos con el colectivo de internos de ETA, en lo que definen como el «nuevo escenario» tras el alto el fuego de los asesinos.

Alfonso Gil es secretario de Organización del PSE. Jesús Loza fue el año pasado Comisionado del lehendakari para la Convivencia y la Memoria. Hasta entonces había sido secretario primero de la Mesa del Parlamento vasco.

Según los documentos en los que se recoge la versión que los intermediarios trasladan a los presos, los dirigentes del PSE defendieron la necesidad de que ETA desaparezca, porque «facilitaría todo» y «se estabilizaría el proceso democrático (ahora no se utilizan las armas pero su amenaza está ahí)», indican los papeles.

Los intermediarios de los etarras constataron que la voluntad de los representantes del PSE era cambiar la actual política penitenciaria del Ejecutivo de Rajoy con los presos de ETA. Aseguran que los socialistas siempre han estado a favor de «una política penitenciaria más flexible».

Pero entienden que para los internos de ETA cualquier flexibilización carcelaria se quedaría corta. Durante el encuentro, Loza al parecer defendió las posibilidades que el Código Penal ofrece en materia carcelaria, siempre dentro del respeto a la legislación vigente.

Según recogen las actas, uno de los puntos más importantes del encuentro se produjo cuando los interlocutores de ambas partes pusieron a las víctimas del terrorismo sobre la mesa. En ese momento, los representantes del PSE explicaron a los mediadores abertzales su punto de vista sobre las víctimas. En concreto, según consta en estos escritos, Loza aseguró que entre todo el colectivo de víctimas de ETA hay quienes quieren «dar pasos» y que son los menos, una minoría, los que están en contra de cualquier avance o flexibilidad en materia penitenciaria.

En concreto, citaron a Ángeles Pedraza (a la que definieron como una «buena ama de casa») como una de las que no quiere dar pasos y hablaron de «intereses concretos». Los portavoces de los presos les respondieron que el colectivo de internos ya ha dicho que está dispuesto a dar pasos, pero que les resulta imposible debido a la «situación de excepción». Aclararon que son los presos los que toman las decisiones y que ellos únicamente se dedican a intermediar. En opinión de Loza, lo que deberían hacer los presos es acogerse a la ley penitenciaria en su plena literalidad y disfrutar de beneficios.

En la reunión privada también salió a relucir la polémica generada por la excarcelación de Josu Uribetxebarria Bolinaga. Los dirigentes socialistas pusieron en cuestión la manera en que el Gobierno había gestionado esta situación, aseguraron que se había hecho «mal pero que, al final, había funcionado».

Los socialistas que acudieron al encuentro informaron a los representantes de los presos de que «Madrid» ya sabía que se iba a producir esta reunión, pero que en principio pedían que no trascendiera. Aseguraron, según los abertzales, que su intención era hacerla pública con el tiempo, pero pidieron un margen para gestionar y explicar «una reunión así en su casa», detallan las actas.

EL MUNDO 10/02/13