Hollande aboga por «una España fuerte y unida» frente al desafío secesionista

ABC – 02/12/14

· Yihadismo Ambos países utilizarán la experiencia en la lucha contra ETA para combatir el terrorismo yihadista Postura común Reclaman a la UE financiar el plan de interconexiones energéticas y acelerar el plan Juncker.

La XXIV Cumbre franco-española ha permitido a Mariano Rajoy y François Hollande poner de manifiesto una complicidad significativa en terrenos estratégicos, nacionales, europeos e internacionales, con el colofón de una visita de Estado de los Reyes a París para inaugurar la más grande de las exposiciones consagradas a Velázquez, el próximo mes de marzo.

Presentando los trabajos de la cumbre, en la que participaron los ministros de Justicia, Interior, Economía, Industria, Energía y Turismo, Empleo, Fomento, Cultura y Deporte, más los secretarios de Estado para la UE, Rajoy y Hollande insistieron en subrayar su cooperación política de fondo, en todos los terrenos sensibles e inflamables.

Ante la cuestión de Cataluña, de entrada, el presidente Hollande volvió a manifestar su apoyo sin tacha al Gobierno de España: «Se trata de una cuestión de soberanía nacional. España y su Gobierno deben decidir libremente la política que corresponde. Por nuestra parte, deseamos una España fuerte, unida, respetuosa de los tratados internacionales, cooperando eficazmente con Francia, como ahora».

Tema canónico en la historia de las cumbres bilaterales, la lucha contra el terrorismo, ilustra bien la histórica metamorfosis de esa cooperación, que Madrid y París consideran «ejemplar». Durante cerca de diez años, la cooperación contra ETA fue motivo de permanentes «matizaciones» de fondo. Con el tiempo, esa cooperación ha dado frutos excepcionales, Francia confirma que estará junto a España «hasta el fin de ETA» y el modelo de cooperación hispano-francés se ha convertido en un modelo para toda Europa.

El presidente Hollande consideró oportuno salir al paso de posibles especulaciones sobre el futuro de los etarras encarcelados en Francia, afirmando: «Francia solo tiene una política penitenciaria. Que puede aplicarse caso a caso, atendiendo a peticiones individuales, siguiendo las normas de su política penitenciaria. En estrecha cooperación con España».

Abordados los temas estrictamente nacionales, Mariano Rajoy se apresuró a zanjar especulaciones ministeriales: «Estoy muy contento del trabajo, el esfuerzo y los resultados que consiguen los ministros que nombré en su momento. Solo se producirá el relevo de la titular de Sanidad, Ana Mato. En cuanto a posibles pactos post-electorales con el PSOE… nosotros trabajamos para gobernar, que es lo que toca».

La complicidad Rajoy-Hollande tiene un capítulo particular en el terreno europeo y pudiera resumirse con una sola palabra: «flexibilidad», que ambos esgrimen con el mismo sentido europeo, desde la primavera de 2012, cuando Hollande solo era candidato a la presidencia y sus consejeros económicos sugerían la cooperación de París, Roma y Madrid para pedir «flexibilidad» a la disciplina prusiana del Pacto fiscal europeo, de inspiración alemana.

Complicidad

Dos años más tarde y tres cumbres personales, en el Elíseo, confirman esa complicidad no siempre confesable. Rajoy y Hollande desean cumplir los compromisos europeos del Pacto fiscal europeo, sin duda. Pero, al mismo tiempo, ambos piden tiempo, tiempos y flexibilidad para cumplir con las promesas de Estado en materia de déficit y deuda.

En la escena internacional, la complicidad hispano-francesa culmina de manera significativa en el terreno militar y la lucha contra el terrorismo. La ya larga y «vieja» experiencia de la cooperación contra ETA se ha convertido en un modelo que también permite avanzar en nuevos e inflamables terrenos, como la lucha contra el yihadismo internacional, en Oriente medio, en Malí, en todo el Sahel. Cooperación que tiene flecos judiciales, policiales y estrictamente militares.

ABC – 02/12/14