Confebask asegura que no existe preocupación entre los empresarios, pero insta a los partidos a formar instituciones «estables y potentes»
Si Bildu acaba por gobernar en minoría la Diputación de  Guipúzcoa, la coalición debe asumir que hay grandes proyectos en marcha  que no tienen vuelta atrás. Es el mensaje que ayer quiso dejar claro el  presidente de Confebask, Miguel Lazpiur. «Aunque hayan dicho unas cosas  (en campaña), que sean luego conscientes de la realidad y continúen con  los proyectos ya establecidos a nivel de Guipúzcoa y de Euskadi»,  advirtió en una rueda de prensa en la que analizó la situación económica  y la crisis.
La coalición que integran la izquierda abertzale  tradicional, EA y Alternatiba ha mostrado desde el principio su  oposición al diseño de grandes obras como la incineradora de San  Sebastián, el Tren de Alta Velocidad o el puerto exterior de Pasajes.  Aunque el candidato a diputado general, Martín Garitano, ha advertido  que hay iniciativas que no se pueden impedir porque su construcción ya  está bastante avanzada, el dirigente independentista ha subrayado que  intentarán cumplir con su programa electoral porque es «lo que los  ciudadanos nos han exigido al darnos sus votos».
Lazpiur trató de restar importancia a esa clase de  afirmaciones realizadas por los dirigentes de Bildu. El máximo  responsable de Confebask recordó que «una cosa es predicar y otra dar  trigo», en referencia a las promesas que se hacen durante la campaña  electoral. E insistió en que la coalición soberanista, «aunque haya  dicho unas cosas», debe ser «consciente de la realidad». Una realidad  que, en su opinión, pasa por llevar a cabo infraestructuras como las del  TAV o la ampliación del puerto exterior de Pasajes, obrasque citó  expresamente. «Debe continuarse con lo ya establecido», aseveró. Lazpiur  instó a los representantes independentistas a dar una «respuesta  aceptable y corriente» a los problemas que tienen paralizada la economía  vasca. «Lo demás -insistió-, nosotros no nos vamos a meter en cómo lo  vayan a hacer. Les pedimos que lo hagan y que no abandonen (los  proyectos), que no ralenticen, que no pongan trabas porque van a ser  fundamentales para este país».
El representante de la patronal negó que entre el  colectivo exista «preocupación» porque Bildu pueda llegar a gobernar el  territorio. Se sumaba con esas palabras a lo dicho la pasada semana por  Eduardo Zubiaurre, presidente de los empresarios guipuzcoanos. Ambos  coincidieron en que se debe dar un margen de confianza a la formación  soberanista y que el empresariado vasco no debe meterse en cuestiones  que corresponden a los partidos, como es decidir quién ostenta el poder  en una determinada institución. El discurso tanto de Adegi como de  Confebask ayer contrasta con el punto de vista que han expresado en los  últimos días miembros del PP y también del Gobierno vasco. El consejero  de Interior, Rodolfo Ares, aseguró el domingo que ha recibido «algunas  llamadas» de empresarios que le han transmitido su temor a que la  antigua Batasuna se haga con el Ejecutivo foral.
Fiscalidad 
La tesis de que el empresariado vasco no vive alarmado  por la situación política que han generado los resultados electorales  del pasado 22 de mayo la repitió, pocos minutos después del presidente  de Confebask, la secretaria general de este colectivo, Nuria López de  Gereñu. La exconsejera de Industria con Juan José Ibarretxe repitió que  la patronal no debe valorar si Bildu debe «llegar o no» a gobernar la  Diputación guipuzcoana porque esa es una respuesta que deben dar «los  políticos», llegando a los acuerdos «que consideren» mejores.
López de Gereñu sí que se mostró a favor de que en las  próximas semanas se permita cierta «estabilidad institucional» y se  conforme una Administración «fuerte y estable» que tenga «sensibilidad»  hacia las necesidades del colectivo empresarial. La representante de la  patronal también insinuó su oposición a los cambios en la fiscalidad que  propone Bildu y advirtió que esta materia es «importante» para los  empresarios y que debe utilizarse en beneficio de la competitividad de  las compañías radicadas en Euskadi.
EL CORREO, 3/6/11