La respuesta al comunicado abre diferencias en el Acuerdo de Gernika

El grupo de fuerzas soberanistas que emplazaron a ETA en septiembre a respaldar su apuesta por las vías democráticas en ausencia de violencia, evidenciaron sus diferencias el pasado martes al tratar de dar una respuesta común al comunicado de la banda.

Los firmantes del Acuerdo de Gernika, grupo de fuerzas soberanistas que emplazaron a ETA el pasado mes de septiembre a respaldar su apuesta por las vías democráticas en ausencia de violencia, evidenciaron sus diferencias el pasado martes cuando trataban de definir su respuesta al comunicado de la banda terrorista, según desveló ayer el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta.

Mientras la izquierda abertzale y EA respaldaban la respuesta de ETA, Aralar la consideraba insuficiente. Este dirigente abertzale admitió ayer en una entrevista en Euskadi Irratia que la reunión previa a la rueda de prensa en la que los firmantes del Acuerdo de Gernika reaccionaron al último comunicado de ETA transcurrió en un clima «de discusión». Eso sí, Zabaleta reconoce que «salieron a relucir nuestras diferencias, aunque no resta importancia a lo conseguido». Ante esta situación, desde Aralar se insta a «ser capaces de llegar a acuerdos», porque es algo que la sociedad «va a agradecer».

Para Zabaleta, el mensaje del Acuerdo de Gernika es una doble exigencia tanto a «ETA como al Estado» para que «se cumpla en su integridad» y, además, «se interpelaba a la sociedad».

La línea mayoritaria de este grupo de formaciones abertzales no ha respondido y centra sus esfuerzos en el acto que prevé celebrar el próximo 22 de enero en San Sebastián para dinamizar el proceso de pacificación. Los organizadores aseguran que el encuentro, que tendrá lugar en el Kursaal de San Sebastián, estaba previsto antes de que ETA difundiera su último comunicado. No se descarta que en este acto el Acuerdo de Gernika defina un nuevo documento, en el que señalaría lo que considera que el Gobierno y ETA deberían hacer para avanzar en el «proceso», cuyo desarrollo entienden que ya se ha iniciado.

EL PAÍS, 13/1/2011