La tormenta perfecta

EL CORREO 21/04/15
ALBERTO AYALA

· El PP alavés pasa de siglas y extrema su discurso para salvar los muebles, aunque puede ser perjudicial en Bizkaia o Gipuzkoa

Omucho cambian las cosas en las cinco semanas que faltan para las elecciones del 24 de mayo, algo improbable, o ese día podría abatirse una especie de tormenta perfecta sobre el Partido Popular del País Vasco.

La organización que encabeza Arantza Quiroga enfila la próxima cita con las urnas lastrada por los dos grandes problemas que aquejan al partido en toda España. Las decenas de casos de corrupción que han salpicado en los últimos años a importantísimos dirigentes conservadores y a la propia organización; el último, el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato. Y el empobrecimiento de un apreciable segmento de la población española a raíz de la crisis.

El PP vasco no ha sido capaz de dotarse de un discurso propio con fuerza suficiente como para contrarrestar, siquiera parcialmente, esa pesada losa que le llega de Madrid. Y la promesa de Quiroga de renovar la organización, una vez quedó atrás la larga pesadilla terrorista, se ha quedado a medias, lo que no ha evitado algunos encontronazos públicos en Gipuzkoa.

Álava, pues, en especial Vitoria, los grandes perdedores del último congreso del Kursaal, vuelven a convertirse en la esperanza de todo el PP vasco, en el único flotador al que asirse. Si el alcalde Maroto y, lo que parece más complicado, que no imposible, el diputado general De Andrés salvan sus sillones, el día después será más llevadero por muchos votos que vuelvan a quedarse por el camino. Vamos, como le ha ocurrido a la socialista Susana Díaz en Andalucía.

Y los alaveses se vienen empleando a fondo para lograrlo. Maroto ha decidido pasar olímpicamente de las siglas del partido, porque en vez de sumar en este momento restan, y envolverse en la bandera de Vitoria para conseguir la reelección. Y tanto él como De Andrés han extremado sus discursos como mejor fórmula para evitar fugas de voto, por ejemplo hacia Ciudadanos, y para pescar en otros caladeros distintos.

El alcalde sigue con su particular cruzada contra la inmigración árabe y las ayudas sociales. El pasado fin de semana Vitoria acogió una serie de actos contra la xenofobia impulsados por personalidades y organizaciones de todo el arco político. Pues bien, el regidor no tuvo empacho en decir ayer que los actos sólo sirvieron para que la ciudad se convirtiera el sábado «en lugar de encuentro de batasunos».

De Andrés e Iñaki Oyarzábal han vuelto hace unos días a la carga contra «la imposición del euskera» en Álava por parte del nacionalismo. A su juicio, ello lo que ha hecho es «favorecer a Bildu, a Batasuna y a toda esa morralla».

Esperanzas
Puede que este tipo de mensajes ayuden a captar a un segmento del electorado alavés –las encuestas así lo aseguran–, pero dificultarán lograr aliados el día después. En Vitoria gobernará probablemente el más votado, pero en Álava harán falta alianzas.

Los populares tienen una doble esperanza. Que la posición de Ciudadanos contraria al Concierto económico, sin duda muy popular en Cataluña, limite la fuga de votos del PP vasco hacia el nuevo partido. Y que el PNV se vea obligado a hacer concesiones, por ejemplo al PP, a cambio de apoyos para hacerse con, por ejemplo, la Diputación de Gipuzkoa. Veremos.