Mikel Antza se encuentra entre los dirigentes investigados por delito de lesa humanidad

EL MUNDO – 16/08/15

· Las riendas las maneja Mikel Antza. Es el jefe absoluto del colectivo de presos de ETA en Francia. Su voz es la autorizada entre los 92 internos.

· Aprovecha el régimen penitenciario más permisivo francés para que sus órdenes, sus instrucciones, circulen por los 26 recintos del país galo donde cumplen condena los terroristas. En breve le tocará salir de la cárcel francesa. Pero la sombra de la acusación de un delito de lesa humanidad le empieza a cubrir.

Junto a su compañera sentimental, Marisol Iparragirre, Anboto, se le considera el autor de todos los comunicados de este colectivo «francés». Elabora unos comunicados duros, donde ni se atisba gesto alguno de dar pasos para romper el grupo, ni siquiera ranuras que permitan aventurar una evaporación progresiva de este Frente de Makos (cárceles). Más bien, al contrario. Se le considera «el duro». Mikel Antza está cumpliendo condena en Francia por pertenencia y dirección de organización terrorista. Su lugarteniente, Vicente Barandiaran, Willy, es quien ahora lidera Sortu de Navarra y negocia posiciones políticas con la actual presidenta de esta comunidad, Uxue Barkos. Antza fue el máximo responsable del aparato político de ETA hasta su detención, el 4 octubre de 2004.

Un documento incautado en la operación en la que fue detenido fue una de las pruebas utilizadas por el Tribunal Supremo para anular en mayo de 2007 las 133 candidaturas de Acción Nacionalista Vasca (ANV).

En breve, a principios de 2016, Mikel Antza terminará de cumplir su condena y saldrá de prisión. De momento, no tiene causas pendientes en España, no está reclamado. Pero su nombre aparece en un listado que está dilucidándose en la Audiencia Nacional. Tras la iniciativa de la asociación Dignidad y Justicia –liderada por Daniel Portero–, los jueces tienen que pronunciarse sobre la implicación del ex número uno y de otros dirigentes de ETA, en delitos de lesa humanidad. En el caso de Mikel Antza, según las primeras estimaciones judiciales, el movimiento judicial le afectaría directamente. Porque la Audiencia Nacional fijó la fecha de aplicación de este delito a los dirigentes de ETA que estuvieran al frente de la organización desde el 1 de octubre de 2004, y su detención se produjo el 4 de octubre.

A Antza se le podrá aplicar esta investigación por tres días, siempre y cuando las instituciones judiciales den el visto bueno y avancen a paso rápido. Para que se pueda actuar contra él tiene que haber un auto de procesamiento antes de la fecha de su licenciamiento en Francia.

La denuncia de Dignidad y Justicia fue avalada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que reconoció que los atentados perpetrados por ETA podrían ir «más allá de los meros delitos de terrorismo» dado que son «delitos de lesa humanidad».

También especificó que este tipo de crímenes no necesariamente han de ser atribuibles a los Estados, sino que pueden cometerlos «organizaciones que nada tienen que ver con éstos».

El juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González admitió a trámite tres querellas de víctimas del terrorismo que permitirán investigar a la cúpula etarra desde 2004 por delitos de lesa humanidad en concurso real con delitos de asesinato. El límite temporal, que los querellantes quieren ampliar a 1977, ha sido marcado por el juez en función de cuando entró en vigor en el ordenamiento español la reforma legal que introdujo los crímenes contra la humanidad.

La lesa humanidad, penada con hasta 30 años de prisión, no estuvo en vigor en el Código Penal español hasta el 1 de octubre de 2004. Por eso, sólo es posible investigar a «las cúpulas de ETA con capacidad decisoria sobre dichos crímenes» a partir de ese momento.

De ahí que el magistrado sólo le pida información a la Policía y a la Guardia Civil sobre los asesinatos y secuestros perpetrados por ETA desde entonces. Y entre esta información están los datos de Mikel Antza.

Desde esa fecha, la organización terrorista ha cometido 12 asesinatos. Las últimas víctimas mortales en España fueron los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá. La última víctima mortal fue el gendarme francés Jean-Serge Nèrin.

El 4 de octubre de 2004 fueron detenidos los dirigentes etarras María Soledad Iparragirre y Mikel Antza. Sin contarlos a ellos, según el informe de la Policía incorporado a la causa, en total son 13 los dirigentes de la banda terrorista los que podrían ser ahora investigados y juzgados.

EL MUNDO – 16/08/15