Pacifismo en guerra

LUIS VENTOSO – ABC – 29/11/15

· Sánchez, que sopesó abolir Defensa, exige que nos sumemos a una coalición que aún no existe.

Desde la lucha contra el nazismo, Estados Unidos ha sido siempre quien le ha sacado las castañas del fuego a Occidente y ha preservado sus libertades. Pero ahora el patrullero mundial que nos hacía el trabajo sucio ha decidido permanecer acantonado en su comisaría y los europeos corremos como pollos sin cabeza, incapaces de cerrar una estrategia firme e inmediata contra un terrorismo psicótico que florece a solo tres horas de avión de Roma. Obama, un cantamañanas en Oriente Medio, proclama con sus gastados trucos oratorios que hay que acabar con Estado Islámico, pero no impulsa una acción decidida.

Al fin y al cabo, es el presidente que firmó la atolondrada retirada de Irak, simiente del caos actual, y además sabe que las arcas estadounidenses ya no dan para ejercer la gendarmería mundial. En 2003, George Bush aterrizó en el portaaviones Abraham Lincoln disfrazado de piloto para proclamar la victoria en Irak. Hoy el avispero está más agitado que nunca, tras una intervención que costó a Estados Unidos 816.000 millones de dólares (a los que hay que sumar 490.000 de la campaña de Afganistán). Guerras a crédito, con intereses que pesan como una losa, que ni la primera potencia puede asumir.

Toda persona con conciencia y un dedo de frente desea que se extirpe de inmediato a EI, cantera de genocidas y una peste para sus propios vecinos. Hollande, que ha sido un presidente muy flojito, se ha puesto al frente de la misión diplomática para armar una coalición que liquide a Daesh. Era su deber tras la herida de Francia, pero los resultados no llegan. El gran Barack sigue en su escapismo dialéctico y no pondrá ni botas ni más dólares. El Reino Unido todavía no ha votado si bombardea en Siria y el tema ya rompe al laborismo, incluso existen opositores en filas de Cameron. Renzi vio a Hollande, pero se escaqueó alegando que ya hay muchos soldados italianos por ahí. Merkel envía unos aviones de vigilancia, pero tampoco baja a la refriega.

Rusia bombardea a quién no toca, en vez de a Daesh, y Turquía mantiene un turbio doble juego. Con este panorama, ¿quién debe ponerse en vanguardia del ataque? Pues Mariano I el Conquistador, al que partidos y medios que fueron paladines del «No a la guerra» apremian –con evidente afán electoralista– para que sume a España a una coalición que todavía no existe. Destaca una vez más por sus principios de goma el señor Sánchez: ha pasado de sopesar suprimir Defensa a exigir al Gobierno que se moje ya en la guerra, pero no aclara la posición del PSOE.

Como sucede siempre en España, se soslaya además toda consideración económica (estar en Afganistán era necesario, pero costó 3.500 millones). España debe luchar contra Daesh, por supuesto, pero explicando lo que supone para un país cuya deuda pública ronda el 100% del PIB y dentro de un plan concreto, detallado y ganador. Enviar doce cazas para quedar bien a 20 días de unas elecciones solo sirve para que los que hoy reclaman acción a Rajoy monten un nuevo «No a la Guerra», el clavo ardiendo que buscan el PSOE y su prensa global cuando todo indica que Rivera los hundirá en la tercera plaza. ¿Combatir contra Daesh? Sí, pero en serio y cuando toque.

LUIS VENTOSO – ABC – 29/11/15