¿Por qué no se disuelve ETA?

CARMELO BARRIO BAROJA, EL CORREO – 17/07/14

· La sociedad en su conjunto debe lograr la división progresiva de la banda terrorista y trabajar para hacerla desaparecer con el peso del Estado de Derecho.

En estos días de recuerdo a Miguel Ángel Blanco, en los que seguimos trayendo a la memoria la brutal y estéril actividad criminal de la banda ETA, muchas preguntas se repiten y muchas sombras reaparecen desde la distancia del tiempo cuando llegamos a la comprobación de que ETA está, seguramente, derrotada, pero en absoluto ausente o desaparecida, ni dispuesta a hacerlo.

Y una de esas incógnitas que pasan por el análisis de nuestras inquietudes lo constituye una simple y clara pregunta: ¿por qué ETA no se disuelve? En la respuesta a esta pregunta es concluyente una afirmación. No le va mal del todo.

Esa conclusión puede sustentarse en lo que podríamos analizar desde diez claves que tristemente demuestran que estamos muy lejos de atestiguar una disolución unilateral de ETA.

La primera clave de esta desesperanza es que es el elemento aglutinante de la izquierda abertzale y de sus expresiones Bildu, Sortu y Amaiur. ETA sigue siendo el ‘gluon’ del núcleo de la radicalidad vasca.

Además y, como segunda clave, hay que ubicar a la banda en la trastienda del nacionalismo. Asume un papel para el conjunto del mismo y considera, y muchos con ella, que puede ser necesaria para una posible ofensiva nacionalista con más ‘argumentos’.

La tercera es manida pero significativa. Al existir un nivel de apoyo social, electoral y mediático relevante, ETA se reafirma como proyecto político. Como lo era del nazismo o los son determinados movimientos yihadistas.

El PNV, constituye una clave no menos importante. No ha hecho todo lo posible para su deslegitimación. No le ha considerado nunca un enemigo. Además trata de hacer confundir sus crímenes con otras expresiones de violencia creando un magma de confusión y de una supuesta confrontación generadora de violencia. Le gusta a Jonan Fernández, o sea a Urkullu, la teoría de que a ETA se le ha contestado por el Estado de Derecho con v iolencia ilegítima y eso es mentira.

El Gobierno de Urkullu se da por satisfecho con su retirada escénica. La estrategia de Jonan Fernández y su plan de paz y convivencia no pasa por la exigencia a ETA de que desaparezca, clave importante. Además existe de facto unidad de acción entre Bildu y PNV en lo relativo al derecho de autodeterminación y a la ofensiva al Gobierno de España en temas como la política penitenciaria y la presencia policial en Euskadi.

Como sexta clave hemos de considerar que ETA es una organización terrorista activa y medianamente organizada, y sin embargo hay una común consideración ficticia de desaparición que le beneficia.

El núcleo duro de la exigencia (víctimas, estrategias de partidos, medios) ha perdido fuerza y dedicación en la actitud anti-ETA. Y esta clave es desalentadora.

La implantación política, octava clave, del conglomerado BilduSortu-Amaiur en ayuntamientos vascos y navarros, instituciones forales y grupos parlamentarios hace que existan una serie de ‘comandos parlamentarios, junteros o municipales’ confundidos y camuflados con siglas del pasado (EA, Aralar).

Además ETA ya lo ha dicho, «nunca se va a disolver». «ETA no tiene intención de disolverse, como lo muestra el documento del zuba (comité ejecutivo o máximo órgano de dirección) de diciembre», como ha asegurado el comandante de la Subdirección Antiterrorista francesa (SDAT), Laurent Hury, ante el Tribunal de lo Criminal de París que juzgaba a varios etarras.

Finalmente, la mayoría del colectivo de presos de la banda, colectivo consultivo de la organización terrorista, reivindica a ETA.

Es decir, a ETA hay que disolverla. Y por ello se puede acabar con la reivindicación de dos conclusiones para el éxito de su disolución fáctica. Conclusiones que no están en la consideración del nacionalismo, sus partidos o sus gobiernos:

a) Conseguir con perseverancia su división progresiva, con mucha actividad de inteligencia, cumplimiento de condenas, dispersión, marginación y colaboración internacional.

b) Seguir haciéndola desaparecer con el peso del Estado de Derecho, así como mantener la exigencia policial y judicial con dedicación a esta misión. Los crímenes sin resolver aún y las estructuras vivas, jefaturas, correos y comandos, que aún mantiene, deben de ser objeto de trabajo y de persecución respectivamente todos los días por las instituciones encargadas de su neutralización. No hay otra solución.

CARMELO BARRIO BAROJA, EL CORREO – 17/07/14