Propuesta abierta (en canal)

SANTIAGO GONZÁLEZ-EL MUNDO

Más o menos estamos donde estábamos, con un candidato a la presidencia del Gobierno que no tiene de momento votos suficientes para encadenar una temporada nueva en La Moncloa. Los 129 días transcurridos desde las elecciones del 28-A no han sido suficientes para conseguir los apoyos necesarios. De hecho, ni siquiera los ha buscado, quizá en la creencia de que su investidura era una responsabilidad principal de los partidos de la oposición.

Propuesta abierta para un programa común progresista, se titula la pieza, que consta de 75 páginas en las que agrupan 370 medidas vagamente ordenadas en seis apartados temáticos. La semana pasada eran 300, pero quizá han tenido que pasarse de frenada para incentivar a su socio preferente y que sus 42 diputados sumen sus votos a los 123 socialistas y pongan al doctor Fraude a un tiro de piedra de la investidura, 11 escaños.

Ya en la introducción, página 3, se puede apreciar el voluntarismo que informa la propuesta: El PSOE obtuvo el respaldo mayoritario de la ciudadanía, a gran distancia del resto de la fuerzas políticas y se extrañan de que, pese a la contundencia del veredicto del voto, España siga «sin un Gobierno en plenitud de funciones». Igual es que han medido mal la contundencia del veredicto. Tampoco parece que el doctor Sánchez esté muy puesto en las generalidades de la democracia representativa. Cree que puede sustituir el voto de los diputados por el apoyo de la 376 organizaciones de la sociedad civil, feministas, ecologistas y docenas de grupos y grupúsculos con los que mantuvo 25 reuniones, a una media de 15 organizaciones en cada encuentro. No es de extrañar que atendiendo a tanta gente no le diera tiempo a llegar a la hora en que había sido citado por el jefe del Estado en Marivent y llegase con casi una hora de retraso.

Hay algún desvarío más. En esas 370 medidas hay una promesa desbocada de gasto público. Una ojeada somera a las 75 páginas y a uno le asalta irremediablemente la pregunta de Pla ante los rascacielos de Manhattan iluminados: «Y todo esto, ¿quién lo paga?». El punto 350 establece de manera taxativa que el modelo autonómico que tiene Sánchez en la cabeza forma un Estado integrador que tiene por valores la diversidad, la igualdad y la solidaridad, en que las administraciones actúen con transparencia, colaboren entre sí y actúen con lealtad institucional, un detalle que han debido de copiar de la Constitución alemana. Aunque el papel lo aguante todo, no sé yo si los redactores han pecado de un exagerado optimismo al añadir que «en ese modelo no tiene cabida un referéndum de autodeterminación que el TC ha considerado contrario a la Constitución y que, desde una perspectiva política, provoca la quiebra de la sociedad».

Sabíamos que Pablo Iglesias es partidario del referéndum para Cataluña. Es casi seguro que los separatistas catalanes no transigirán en esto. Y es probable que sin ministerios, Iglesias tampoco. Es el socio preferente de Sánchez. Lástima que al candidato le merezca muy poca confianza.