Rajoy debe retirarse ahora

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 21/01/16

Victoria Prego
Victoria Prego

· Ya sobran todas la conjeturas: los asociados a la candidatura de Podemos le están explicando al Rey que apoyarán al socialista Pedro Sánchez para que forme Gobierno o, para ser más precisos, para impedir que lo forme Mariano Rajoy.

Y como las cosas están ya muy claras en lo que se refiere el futuro más inmediato –otra cosa es calibrar el futuro que nos espera con un Gobierno dependiente de las exigencias de estos grupos de la ultraizquierda, cada uno con nombres y pretensiones diferentes– hay que preguntarse qué sentido tiene la convocatoria de una sesión de investidura en la que se vaya a presentar el candidato Rajoy. Y la respuesta es que no tiene el menor sentido ni la menor justificación.

El líder del PP, que ha ganado las elecciones, sí, pero no tiene los apoyos necesarios para ocupar el poder, tiene las habas contadas: todo lo más dispondría de 163 votos afirmativos en la segunda votación para su investidura. Y como eso no le basta para salir elegido, sería del todo improcedente que se prestara a esa teatralización con final de sobra conocido.

En vista de cómo se están clarificando las cosas, Mariano Rajoy debería acudir al Palacio de La Zarzuela a decirle al Rey que no está en condiciones de formar Gobierno y retirarse de la carrera, lo cual significa no presentar ante los diputados del Congreso su candidatura. Entre otras cosas porque puede que él tuviera la oportunidad de dejar constancia en el Hemiciclo de sus propuestas para un gran pacto de Estado y de explicar las razones que le asisten para defender esa opción, pero esa intervención no tendría la factura de una propuesta política, sino la de la expresión de las últimas voluntades de una persona que se dispone a morir ante la mirada de sus interlocutores, que son al mismo tiempo sus ejecutores políticos.

Y ése sería sólo el primer acto, porque luego vendría la sesión de desuello en la que cada contrincante usaría a fondo la parte del papel que le toca en la ceremonia. Y en ese momento la escena del famoso debate de campaña Rajoy-Sánchez parecería un beso en la frente comparado con las cosas que se podrían oír, no del propio Sánchez, que hay que suponer que estaría a la altura del puesto que se propone ocupar, sino de los portavoces de los partidos de la extrema izquierda y, sobre todo, de los portavoces de los partidos independentistas. Y daría igual que el candidato virtual estuviera ágil o contundente en las réplicas, porque todo lo que pudiera decir se lo llevaría el viento junto con el último aliento del reo, en sentido figurado, hay que aclarar, no vaya a ser que se entienda mal la figura.

Ése es un espectáculo que el hoy todavía presidente debería ahorrarnos a todos los españoles, incluidos aquellos que, seguramente, disfrutarían asistiendo a la escena de despiece.

Mariano Rajoy sabe desde hace mucho tiempo que no puede ganar la carrera hacia La Moncloa. Debería hacerse a un lado a tiempo y no presentarse a una sesión de investidura con este final conocido de antemano. Y, de paso, le facilitaría las cosas al Rey, que tendría así el camino abierto para dirigirse por derecho a lo que ya es una realidad ineludible.

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 21/01/16