Rematar al herido Mas

CRISTINA LOSADA – LIBERTAD DIGITAL – 13/11/15

· Yo entendería que Artur Mas estuviera perplejo. No lo estará, porque es un político profesional –no ha hecho otra cosa, como le recordó días atrás Inés Arrimadas–. Pero bien podría estar desconcertado ante la concertación general: todo el mundo dice que está muerto. Los adversarios, por supuesto, y la prensa vocea con rara unanimidad que compone la triste figura, a la que nadie compadece ni tiene por qué, del cadáver político. Todavía insepulto, sí, pero le falta un telediario para el entierro.

Así de firmes e inapelables son el diagnóstico y el pronóstico. La pregunta que yo me haría si fuera Mas es: ¿por qué ahora y no antes? A fin de cuentas, Mas no ha dejado de perder votos y escaños para su partido. Empezó con 62, logró bajar a 52 cuando adelantó por primera vez las elecciones y se ha despeñado en su última maniobra de adelantamiento con ERC en el asiento del copiloto: los diputados de CDC no llegan a la treintena.

Bajo el liderazgo de Mas, en fin, su partido ha perdido la mitad de los escaños que tenía, y ha perdido, de paso, al socio con el que formó una exitosa coalición electoral durante décadas. Y todo ello es reflejo de otro dato que certifica un fracaso de Mas y sus compañeros de viaje: llamaron a un plebiscito y lo perdieron. Es obligado hacer aquí un inciso. A los que se empeñaron en hacer las cuentas del 27-S incluyendo a Catalunya sí que es Pot en el bloque soberanista o excluyéndolo del no separatista hay que hacerles notar que sus once diputados votaron el otro día en contra de la resolución, igual que Ciudadanos, PSC y PP. Juntos por el no. Que conste.

Con un balance como el reseñado, a cualquier dirigente político se le hubiera declarado cadáver y mandado para casa antes de que hiciera mayor estropicio. En cuanto a su desafío a la legalidad, hace tiempo que la Generalidad catalana actúa en ruptura con ella y se comporta como el órgano de un Protoestado catalán independiente. Sin embargo, ni los fracasos ni los desafíos de Mas levantaron hasta ahora el clamor que de forma explícita o implícita pide su cabeza.

No sólo es la prensa española la que expide el certificado de defunción de Mas. Hasta el Financial Times le da la espalda, cuando antes se mostró cálidamente comprensivo con el procés. Y el papel de la prensa, como le dijo un periodista a Michael Ignatieff cuando intentaba liderar el Partido Liberal canadiense, «consiste en ser testigos de la batalla y después bajar a rematar a los heridos». En esa precisa fase está la cuestión, la de Mas: en el remate del herido. Un remate que, para humillación de Convergencia, depende esencialmente de la CUP. Cuando alientas un movimiento antisistema, ¿cómo no vas a acabar dependiendo de los más antisistema del lugar? Pero el remate no será mañana y Mas tiene un par de meses para pescar los dos votos que le faltan. Yo no escribiría la esquela aún.

CRISTINA LOSADA – LIBERTAD DIGITAL – 13/11/15