Sortu convence fuera de España ante el silencio del Gobierno

EL MUNDO 26/12/13

· Un politólogo ha investigado la ‘supremacía’ de la narrativa de ETA en el campo internacional.

Sortu es un partido «pacifista»; los terroristas de ETA, «freedom fighters» (luchadores por la libertad); y España, un país antidemocrático que ha estado en «guerra» con Euskadi. Es lo que está trasladando la izquierda abertzale a las élites europeas en múltiples reuniones en el Parlamento de Bruselas, en Westminster, con partidos socialistas, con verdes… y a través de un intenso trabajo de propaganda por internet mediante multitud de páginas en inglés y artículos manipulados de Wikipedia que influyen en los medios de comunicación de todo el mundo.

«En el espacio internacional, ETA está ganando la batalla, tiene la supremacía del discurso, frente a la inacción del Gobierno de España, que no tiene una web en inglés que explique este tema ni está empleando sus recursos diplomáticos para contrarrestar la propaganda». Habla Javier Balmaseda (La Coruña, 1988), consultor de comunicación política licenciado en la Universidad Autónoma de Madrid que acaba de concluir en el Goldsmiths College de Londres una tesina sobre la propaganda internacional de la banda y su entorno (ETA’s international makeover). Sus conclusiones son demoledoras.

La simpatía que existe en la comunidad europea por la antigua HB, según el autor, no es fruto de la casualidad o del desconocimiento, sino de «una estrategia muy bien articulada» para blanquear su pasado y lograr sus objetivos influyendo en la opinión pública fuera de España. Usan la «teoría de marcos»: «Cuando consigues que un debate público esté definido de una determinada forma, tienes muchas posibilidades de que la solución sea acorde con esa determinación del problema», explica. Su marco es conocido, el «conflicto» entre vascos y españoles. «Aceptando la teoría del conflicto, la comunidad internacional categoriza fácilmente a los presos como combatientes, y les atribuye un papel clave que debe ser aceptado por el Gobierno».

La campaña está atendiendo a los cuatro focos habituales: el ámbito legal –Balmaseda cita el fallo del Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot–, el lobbying–influir en los estamentos del poder–, los medios y la concienciación social. «Su objetivo es un público muy concreto: las personas que pertenecen a ciertas élites y tienen capacidad de influencia».

El politólogo ha constatado que la izquierda abertzale está «cada vez más presente» en eventos sobre la «paz» en varias ciudades, no sólo europeas. Le ha seguido la pista en instituciones de alto nivel, «muy limpias», como el Parlamento europeo, la conferencia de paz de Hiroshima, congresos de partidos verdes…

Los medios de comunicación merecen un capítulo aparte. Dice Balmaseda que se ven influidos por la BBC, cuyo libro de estilo impide llamar terrorista a ETA. Al mundo anglosajón le encaja además el espejo irlandés, aunque no sea en absoluto extrapolable. Por otra parte, el entorno abertzale ha impulsado sus propiaswebs–contabiliza 13, como basquepeaceprocess.com– en las que, de modo aparentemente objetivo, informa del País Vasco a todo angloparlante interesado.

A ello se añade un «uso magistral» de Wikipedia, en cuyos contenidos la balanza se inclina hacia su discurso «de forma tremenda». Balmaseda controló las entradas a la primera fuente de información en internet cuando ETA declaró su «cese definitivo»: los artículos Conflicto vasco y ETA, absolutamente manipulados, multiplicaron sus visitas por 10. Al día siguiente, los cinco diarios con más tirada en Reino Unido no hablaron de la banda como terrorista; todos aludían al «conflicto».

En su estudio sitúa como punto de partida la Conferencia de San Sebastián (octubre de 2011) que sirvió de pista de aterrizaje al «cese». Tuvo mucho eco gracias a la participación de figuras como Kofi Annan, que asumieron el marco de ETA.

Su continuación en marzo de este año –el Foro Social para «promover el proceso de paz» organizado también por Lokarri en Bilbao y Pamplona– contó con profesionales de la pacificación de menor nivel. La mayoría, trabajadores de entidades que forman una verdadera industria en el negocio del peacebuilding gracias a importantes donaciones privadas. A pesar de que dieron su nombre como aval de la independencia de cinco recomendaciones finales –que coincidían con la estrategia abertzale–, los cinco participantes que accedieron a entrevistarse con Javier Balmaseda reconocieron no ser expertos en el problema vasco.

«Todos partían de la visión de que existe un conflicto histórico. No piensan que Lokarri sea parcial, sino que tiene la buena voluntad de intentar reconciliar a las dos partes. Ninguno estaba al tanto del activismo de muchos colectivos contra ETA».

En esas entrevistas, uno de ellos aplaude con entusiasmo la labor de Batasuna para «desmontar el discurso del Estado español» y ve necesario trabajar para eliminar palabras como terroristas y rendición. Otro le muestra su inquietud por las víctimas: son «las más reaccionarias y violentas» que ha conocido. Cosa que, recuerda el autor, «no es cierta».

Balmaseda reivindica la necesidad de que el Gobierno orqueste una campaña que procure neutralizar la manipulación de una izquierda abertzale que ya está ganando la partida. «Van ganando terreno porque no existe un lobbying del Gobierno de España. No se ha preocupado de que sus organizaciones de resistencia cívica al terrorismo estén presentes. La mayoría de las asociaciones de víctimas desconoce que esto está sucediendo, y tampoco tiene recursos para realizar una contracampaña».

Defiende que ésta «no es una cuestión sólo de las víctimas»: «Está en juego el carácter democrático de España como Estado de derecho». De momento, lo que predomina es que el país persigue a una minoría, es inmovilista y promulga leyes contra los derechos humanos. Sólo dos colectivos se están preocupando por quebrar ese discurso en Europa: Covite y la Fundación para la Libertad, dice. Pero con muy pocos medios. «Batasuna tiene dinero y estas plataformas, no. El desequilibrio es total».

La agenda de Sortu desde 2011

> El inicio, Aiete. Con la Conferencia de San Sebastián, en octubre de 2011, empieza la campaña internacional de Sortu.

> Foros por la paz para ‘exportar’. En 2013 se celebra en Baiona (Francia) el Forum por la paz, y en Pamplona y Bilbao el Foro Social para promover el proceso de paz.

> En el Parlamento británico. Gorka Elejabarrieta habla sobre el ‘proceso’ con diputados y lores. Con Paul Ríos (Lokarri) presenta otro día las recomendaciones del Foro Social.

> Parlamento europeo. Elejabarrieta interviene en una reunión organizada por los Verdes: ‘Prisioneros, ¿llave para la paz? Promoviendo la resolución del conflicto en el País Vasco’.

> Encuentros en el Norte. En Helsinki, con la Alianza de la Izquierda y el Partido Verde. En Copenhage, en debates y reuniones con líderes de diferentes partidos socialistas europeos.

> Latinoamérica. En México, Asier Altuna (Sortu) explica Euskal Herria al Partido del Trabajo de México. En Bogotá, Jon Andoni Lekue (Sortu) interviene en un Congreso para la paz.

> Hiroshima. Juan Karlos Izagirre participa en la conferencia ‘Mayors for Peace’. En octubre organiza otra en San Sebastián.

EL MUNDO 26/12/13