Tiempo de repliegue

IGNACIO CAMACHO – ABC – 16/05/16

· El debate crucial del PSOE consiste en que si se alía con el PP se lo merendará Podemos, y si pacta con Podemos…también.

En unas elecciones provocadas por la falta de acuerdos ningún partido va a poder eludir durante la campaña la cuestión esencial que desean conocer los ciudadanos, que es la de las preferencias de cada cual a la hora de formular alianzas de gobierno. Y menos que ninguno la podrá esquivar el PSOE en virtud de su posición central en la actual geografía política del post-bipartidismo.

Sucede que se trata del asunto más antipático para Pedro Sánchez por una razón que nadie sensato abordaría en campaña: excepto con Ciudadanos, cuyo apoyo ya ha quedado patente que no le alcanza para gobernar, cualquier pacto que puedan suscribir los socialistas perjudica su futuro político. Si se alían con el PP se los merendará Podemos, y si se comprometen con Podemos… también se los merendará Podemos. Con una diferencia que ya señaló tiempo atrás Rubalcaba: la primera opción puede hundir al partido y la segunda a España.

Quizá fuese ésa la clave del discurso envenenado de Susana Díaz en la proclamación electoral de Sánchez, cuando desautorizó el plan de negociar con Podemos y fijó la victoria electoral como condición para formar Gobierno. La presidenta andaluza le puso un listón claro a su propio candidato: el primer puesto, no el segundo; nada de medallas de plata. En una fácil segunda lectura de sus palabras, Díaz estaba mostrando su apuesta para el probable caso de que el PSOE repita más o menos sus resultados de diciembre: dejarse de aventuras pactistas y pasar a la oposición a reconstruirse como alternativa. Se supone que con otro liderazgo.

Lo que la influyente baronesa, consciente de que no existe remota posibilidad de ganar en votos y escaños, vino a sugerir es que ha llegado el tiempo de repliegue. Tiempo de asumir la necesidad de una reorganización interna y de la construcción de un nuevo discurso socialdemócrata que disuada a sus votantes de la tentación populista. Tiempo de recuperar la identidad disuelta tras el desplome del zapaterismo y tiempo de forjar un liderato sólido. Tiempo de rehabilitación que naturalmente coincide y hasta cuadra con el que ella necesita para consolidar su estrategia y despejar su calendario.

Como es lógico Sánchez no le va a hacer caso. Su agenda es la de pactar con Podemos-IU si le salen los números para un Gobierno de coaliciónen el que él sea presidente aunque Pablo Iglesias tome las decisiones cruciales. Para muchos dirigentes se trata de una vía suicida, un error histórico de impaciencia impropio del único partido español encabalgado sobre tres siglos. Pero ése es el debate actual del PSOE, acosado por primera vez desde su flanco izquierdo. Un debate entre la sensatez del plazo medio y la urgencia del poder aunque sea compartido. Un debate sobre el papel de la socialdemocracia como eje estabilizador del Estado democrático. Y un debate, también, sobre la obligación de distinguir a los enemigos de los adversarios.

IGNACIO CAMACHO – ABC – 16/05/16