LA RAZÓN, 9/10/12
BARCELONA- El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, se reunió ayer en Barcelona con algunos de los empresarios más importantes de Cataluña, con los que abordó el debate sobre la independencia. Tras la comida con la junta directiva del Círculo de Economía, uno de los principales «lobbies» empresariales catalanes, no quiso entrar en detalles, aunque sí trasladó la «preocupación» por la deriva soberanista de Artur Mas.
El ministro quiso serenar los ánimos y ensalzar la importancia de Cataluña en España. «España no tiene sentido sin Cataluña», resumió Gallardón. A la comida acudieron, entre otros, el presidente de Vueling, Josep Piqué; el presidente de Agrolimen, Artur Carulla; el presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig; o el director del Racc, Miquel Nadal.
Tras el encuentro, Gallardón advirtió del «error» de pensar que la independencia resolvería todos los problemas catalanes. «Ni España es el problema ni la independencia, la solución», señaló el ministro, quien incidió en que la secesión de Cataluña significaría su «inmediata» salida de la Unión Europea con el consiguiente establecimiento de aranceles a sus exportaciones. Además, «España no podría sobrevivir en la pertenencia el euro en el supuesto que se planteara una situación de independencia de Cataluña. Esto traería un retroceso económico que duraría muchas generaciones». La independencia «no significaría sacar Cataluña de España, sino acabar con España. España no podría sobrevivir dentro del euro, puesto que Cataluña es un motor económico clave, y tanto España como Cataluña quedarían fuera de la moneda europea».
Para evitar esta situación, si bien Cataluña «tiene razón» cuando pide estructuras de estado para defender los intereses de sus ciudadanos, dijo que «la mejor estructura de Estado es la de España, y cualquier otra estructura inferior entraría en condiciones de debilidad ante la realidad europea que comportaría un empeoramiento de la crisis económica».
A propósito de la intención de Mas de convocar un referéndum sobre la independencia, el ministro señaló que «no preveo la posibilidad que ningún alto cargo en esta sociedad democrática deje de cumplir la legislación y, muy especialmente, la Constitución. Pero, si esto pasara, no le tengo que dar yo la respuesta, porque está establecida en la misma Constitución».
El ministro analizó los hechos que, en su opinión, han llevado al catalanismo político a apostar por la autodeterminación. Su conclusión es que detrás están la crisis económica y los errores del tripartito que gobernó Cataluña hasta hace dos años. Ahora, Convergència «está desbordada» y Unió se está desmarcando de su «discurso histórico»
LA RAZÓN, 9/10/12