¿Quién le pone el cascabel?

 

Instalados en plena crisis, algunos intelectuales han concluido que el Estado autonómico no sólo es insolidario sino también ineficaz. ¿Quién se atreve a meterse con los déficits autonómicos ahora que debemos recortar los excesos de años? Euskadi tendrá su «tabla propia» de recortes, consiguiendo un consenso con los nacionalistas porque hace valer la «especificidad» vasca; pero se quebrará el principio de igualdad.

A medida que las encuestas van alertando sobre el grado de desafección de los ciudadanos con respecto a nuestros gobernantes, y conociendo la causa de este estado de desvinculación política del sufrido contribuyente, tan harto de que no se hayan tomado medidas a tiempo para parar este desangrado económico, habrá que concluir que en momentos de turbación, lo mejor es actuar. Justamente lo contrario de lo que aconsejaba la máxima ‘ignaciana’. Para justificar el miedo a la equivocación no han sido pocos los políticos que se aferraron al consejo y prefirieron no hacer mudanzas en tiempos adversos. En esa actitud de efigie ha permanecido el presidente Zapatero durante los dos años en que no reconoció la crisis y así le va ahora en la valoración de su credibilidad. Dos años en los que en este país se ha perdido un precioso tiempo arrojándose los muertos de la guerra civil entre dos bandos, utilizando los agravios de la memoria histórica o teniendo que pronunciarse en un referéndum virtual sobre el derecho al aborto, una cuestión superada ya hace años, en el que se ha vuelto a poner a la máxima potencia el turbo del enfrentamiento. O con descalificaciones casi jocosas en algunos casos sobre el papel de la Casa Real en España.

En eso se ha entretenido nuestra clase política mientras la tasa de paro iba goteando sus vergonzantes datos. Ahora que la crisis se ha instalado en nuestras vidas, algunos de nuestros intelectuales han llegado a la conclusión de que el Estado autonómico no sólo es insolidario sino que es ineficaz. Después de este diagnóstico ¿quién le pone al cascabel al gato y se atreve a abordar el problema de los déficits autonómicos ahora que se necesita recortar los excesos cometidos durante estos años? Hemos llegado a esta situación por la mala cabeza de nuestros gobernantes. Rosa Díez suele decirlo en el Congreso de los Diputados pero como, de momento, se trata tan solo de una voz, no se le hace mucho caso. Y si en Euskadi seguimos alimentando la idea de que somos diferentes y nuestra crisis es menor que la que sufren en el resto de España acabaremos engañándonos a nosotros mismos, como le ha ocurrido al presidente Zapatero.

Hace tan solo unos meses estaba el Congreso de los Diputados mirando hacia Cataluña, pendiente de la Financiación autonómica. Ahora, mirando hacia la Caja Pública y preguntándose qué hará el Gobierno español cuando Europa le vuelva a decir, en un segundo turno, que los déficits venideros no se financien con deuda sino con más recortes. Ocurrirá que las comunidades autónomas establecerán sus agravios comparativos.

El Gobierno Vasco, ya lo ha anunciado el lehendakari Patxi López, podrá rebajar un 2% de media el salario de los funcionarios. Un recorte menos «doloroso» que el previsto para el resto de España, con el 5%. Con el margen del Concierto vía Cupo se marcarán las diferencias entre los funcionarios que dependen de la administración central y los que cobran de la comunidad autónoma. Euskadi tendrá su «tabla propia» como decía ayer la portavoz del Gobierno Vasco, Idoia Mendia, y esa iniciativa, probablemente, logre un consenso con los nacionalistas porque hace valer la «especificidad» vasca. Pero, al mismo tiempo, se quebrará el principio de igualdad.

En esa tendencia a la revisión de nuestro sistema jurídico y político, los gastos desmesurados que provocan las comunidades autónomas no pueden quedar al margen del gran debate pendiente. Un asunto políticamente arriesgado, por impopular. No parece que los partidos mayoritarios se vayan a atrever a afrontarlo porque la factura electoral que podrían pagar sería muy elevada. Pero el debate está ahí. Pidiendo paso.

Tonia Etxarri, EL DIARIO VASCO, 2/6/2010