El sueño del PNV de recuperar el poder parece no preocupar al Gobierno de Zapatero, porque no da al Ejecutivo que ha hecho posible el cambio en Euskadi la importancia que requiere. ¿Qué cree la vicepresidenta Fernández de la Vega que quiere hacer el PNV con Ajuria Enea, en donde gobierna su compañero Patxi López? ¡Reconquistarla!
De un tiempo a esta parte, el lehendakari Patxi López, menospreciado por el PNV y ‘puenteado’ por el propio presidente Zapatero, tan necesitado de aprobar sus Presupuestos en el Congreso, se ha visto en la necesidad de marcar territorio. Y lo ha hecho en todas las ocasiones en las que se ha visto cuestionado, aunque en la mayoría de los casos no haya querido salir a escena. Con excepción del momento en que pidió «fortaleza» al presidente del Gobierno en su pulso negociador con el PNV, en el resto de oportunidades han sido otros quienes han hablado en su nombre. Cuando los socialistas vascos, el pasado lunes, dejaron oír su voz, a través de Rodolfo Ares, en la sesión de la ejecutiva federal. O ayer mismo, cuando la portavoz de Ajuria Enea, Idoia Mendia, corregía al presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, en su ansiedad por que el lehendakari se enrede en los hilos que está tejiendo la izquierda abertzale para decirle que la política antiterrorista del Gobierno vasco sigue inmutable y, por supuesto, la lidera el lehendakari.
¿Quién manda en Euskadi? El lehendakari, que es quien maneja el timón de Ajuria Enea, de la misma forma que Zapatero controla el de La Moncloa. Los nacionalistas suelen hacer chanza con la distinción entre mandar y gobernar para constatar que es el PNV el que, hoy por hoy, manda porque controla las diputaciones forales. Lo de gobernar es otra cosa. No tendría importancia este juego malicioso si no tuviera consecuencias en la escena política. Pero las tiene. A partir del momento en que los secundarios del PNV empiezan a decir que los socialistas vascos les tendrían que estar agradecidos porque ellos son quienes van a conseguir beneficios para Euskadi, gracias a sus negociaciones con Zapatero, se acabaron las bromas. El PNV tiene para Euskadi una aspiración idéntica a la que tanto critica la vicepresidenta Fernández de la Vega cuando habla del PP: recuperar el poder.
Pero ese ensueño del PNV parece no preocupar al Gobierno socialista de Zapatero, necesitado de apoyos parlamentarios, porque no da al Ejecutivo constitucional y estatutario que ha hecho posible el cambio en Euskadi la importancia que requiere. ¿Qué cree la vicepresidenta Fernández de la Vega que quiere hacer el PNV con Ajuria Enea en donde gobierna su compañero Patxi López? ¡Reconquistarla!
Si unos quieren recuperar el poder, otros lo quieren mantener. Y en ese trance se encuentra Zapatero que, desde que envió, vía Shanghai, sus guiños públicos a Urkullu concediéndole la orla de interlocutor «preferente», logró encarrilar el pulso negociador que empieza en los Presupuestos y habrá que saber en dónde acaba. Y buscando un punto de equilibrio para asegurarse un apoyo del PNV sin desautorizar al Gobierno vasco, se empieza a despejar el camino. La clave puede estar en las bonificaciones a la contratación empresarial mediante la reducción de cuotas a la Seguridad Social. Los socialistas vascos empiezan a considerar esa reivindicación como una aspiración «fronteriza» que no tendría que suponer la quiebra de la ‘caja única’.
Mientras tanto, el lehendakari no está todo lo presente que la situación lo requiere. Es una percepción muy extendida entre los partidos políticos vascos. Sus interlocutores critican que sus comparecencias se reduzcan a la entrega de un premio, inauguración de un acto o una entrevista a los medios cada tres meses. Se le echó de menos el domingo por la tarde junto al consejero de Interior . Y sus ausencias están dando pie a conjeturas malévolas de quienes sostienen que el exceso de presión lo tiene paralizado. El próximo día 23 da comienzo el curso político con una sesión plenaria en el Parlamento vasco. Suele ser el momento estelar del lehendakari en cuestión. Cabe esperar que aproveche su jornada de oro para marcar territorio. No vaya a ser que él también desde Shanghai ( se va al día siguiente) tenga que enviar señales «preferentes» para desvelar las claves desde la distancia.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 8/9/2010