Roberto Blanco Valdés, LA VOZ DE GALICIA, 15/8/12
A UGT le ha entrado, de golpe, la prisa por acabar con la política de ajuste de la que demostró carecer cuando gobernaba Zapatero. Pero vale: todo el mundo sabe que las cosas son así. Si gobiernan los tuyos las lanzas se vuelven cañas y si lo hace el adversario sucede lo contrario: que no hay lanzas suficientes para castigar al Consejo de Ministros.
El último rejonazo al presidido por Rajoy ha venido del secretario de UGT de Cataluña, Josep María Álvarez, quien, tras criticar la, finalmente frustrada, supresión de la prestación de 400 euros y hacer una referencia, extremadamente peligrosa, a que «la gente no pasará hambre mientras haya supermercados» (¿que asaltar?), ha obtenido de sus reflexiones una conclusión más propia del sindicalismo de otro tiempo, que demuestra un nulo entendimiento de cómo funciona un sistema democrático: según Álvarez, el giro del Gobierno respecto a lo prometido en su programa electoral lo priva de legitimidad, por lo cual no caben hacia el futuro más que dos posibles soluciones: o convocar un referendo sobre la política de ajustes o adelantar las elecciones. «Esto es lo que se hace en democracia», ha remachado el líder de UGT.
Pues bien, tras aclarar, por si existiese alguna duda, que considero un acierto mantener la prestación de 400 euros y que, en todo caso, hubiera sido una locura privar a sus actuales titulares de cobertura sanitaria, es necesario subrayar que el señor Álvarez y todos lo que sostienen sus posiciones sobre el referendo o la disolución anticipada de las Cortes desconocen las reglas de juego de una democracia parlamentaria, que no son, desde luego, las del peronismo o las de una democracia bananera.
En cuanto al referendo, aunque es verdad que los Gobiernos contraen con los votantes una obligación a través de su programa electoral, lo es también que esa obligación queda sujeta a que no varíen las condiciones en que aquel fue en su día formulado, pues de lo contrario no habría Ejecutivo en el mundo, y menos en una situación de crisis, en la que las cosas cambian de hoy para mañana, que pudiera gobernar. Por lo que se refiere a las elecciones anticipadas, el argumento se descalifica por sí mismo: el Gobierno tiene una amplia mayoría, hace poco más de medio año que ha tomado posesión y ningún otro Ejecutivo imaginable a corto plazo podría tener la legitimidad que hoy tiene el de Rajoy.
Pero todo esto lo saben en UGT, como saben que de aceptarse sus propuestas (referendo o adelanto electoral) España entraría en una espiral de desconfianza desastrosa hacia nuestra economía que arruinaría cualquier posibilidad de recuperación a corto plazo. ¿Por qué, pues, actúa así UGT? Es muy sencillo: porque el sindicato socialista no está pensando en el futuro del país sino solo en que los suyos vuelvan al Gobierno.
Roberto Blanco Valdés, LA VOZ DE GALICIA, 15/8/12