IGNACIO YBÁÑEZ – ABC – 12/05/16
«Los avances científicos y tecnológicos ofrecen grandes oportunidades, pero incrementan el riesgo de que grupos terroristas hagan un uso inadecuado»
Los días 12 y 13 de mayo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebra una reunión especial en Madrid para debatir cómo luchar contra un fenómeno cada vez más preocupante: los intentos de los terroristas por hacerse con armas nucleares, químicas o biológicas (armas de destrucción masiva o ADM).
El Comité 1540 –que España preside en 2015 y 2016 como miembro no permanente del Consejo– analizará de qué forma el principal instrumento de la comunidad internacional para hacer frente a la proliferación de ADM, la resolución 1540 que se adoptó en 2004, puede combatir las nuevas amenazas de proliferación, particularmente las provenientes del terrorismo. En la reunión también participarán representantes de las principales organizaciones internacionales en el ámbito de la proliferación de ADM (lnterpol o el Organismo Internacional de la Energía Atómica, entre otras).
Tras esas cuatro cifras (1540) se esconde uno de los mecanismos más eficaces puestos en pie por el Consejo de Seguridad, que en 2004, alarmado por la existencia de una red criminal que vendía tecnología nuclear de forma ilegal y con la memoria fresca por el atentado del 11-M en Madrid, decidió adoptar por unanimidad una resolución obligando a todos los estados tanto a no prestar apoyo a los grupos que quieran incurrir en actividades relacionadas con las ADM como a adoptar legislación y controles nacionales a tal efecto. Lo que podría haber conllevado largas negociaciones diplomáticas, el Consejo de Seguridad lo logró por la vía de urgencia y bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones, que hace que el texto sea obligatorio inmediatamente para todos los estados.
En sus doce años de vida, la resolución 1540 ha tenido un impacto positivo en la mayoría de estados, que han aplicado legislación y medidas diversas para proteger laboratorios o instalaciones nucleares, controlar las transacciones de materiales radicoativos o tipificar delitos relacionados con las ADM. El éxito del sistema de la resolución 1540 –el 91 por ciento de los estados miembros de Naciones ya han informado sobre su cumplimiento– se basa en parte en la libertad que deja a los estados a la hora de poner en práctica sus provisiones.
La resolución 1540 creó, además, el Comité 1540, que ha generado una dinámica de cooperación y confianza, y utiliza herramientas como los informes que los estados elaboran, la promoción de estándares internacionales o la cooperación con múltiples organizaciones internacionales y la sociedad civil.
Se suele decir que hablando se entiende la gente. Pues bien, a través del diálogo y la cooperación promovidos por la resolución 1540 hemos conseguido evitar una catástrofe mayor; por ejemplo, si un grupo terrorista hubiese esparcido una pequeña muestra del virus del ébola o la gripe en un aeropuerto.
Pero las amenazas siguen vivas y se han intensificado. En primer lugar, el terrorismo se ha recrudecido: terroristas han usado armas químicas en Siria e Irak, Daesh dispone de recursos que estaría destinando a desarrollar ADM, e instituciones como el Parlamento Europeo alertan sobre el riesgo real de atentado con esas armas por parte de terroristas. La cuestión no es si habrá un atentado con ADM, sino cuándo.
En segundo lugar, los avances científicos y tecnológicos (lo que se conoce como «Cuarta Revolución Industrial», que difumina las barreras entre los mundos físico, digital y biológico) ofrecen grandes oportunidades, pero también incrementan el riesgo de que grupos terroristas hagan un uso inadecuado y magnifican el potencial destructivo de un ataque. El mundo de 2004 era muy diferente (por ejemplo, no existía Facebook), pero hoy en día se puede crear un virus a través de la biología sintética y propagarlo con «drones», usar una impresora 3D para crear componentes de ADM, realizar un ciberataque contra una central nuclear o recurrir a «bitcoins» para financiar sin dejar rastro actividades ilícitas vinculadas con las ADM.
En tercer lugar, la globalización de las transacciones comerciales, logísticas y económicas hace más difícil controlar las actividades de terroristas, y puede facilitar que se aprovechen de las redes criminales transnacionales para acceder a ADM.
Por ello, debemos redoblar nuestros esfuerzos e incrementar la cooperación internacional.
En este sentido, la reunión de Madrid se enmarca en un ambicioso proceso dentro de Naciones Unidas, la «Revisión Global de la resolución 1540», que concluirá a finales de año y en el que buscaremos fórmulas para responder a las nuevas amenazas y evitar un ataque terrorista con ADM. Las medidas a considerar pasan por una mayor concienciación de los estados y la sociedad civil; el aumento de la asistencia a los estados; una mayor cooperación del Consejo de Seguridad con las organizaciones internacionales relevantes para evitar solapamientos; o un refuerzo del sistema preventivo para centrarnos en los sectores y áreas donde hay más riesgo de proliferación.
Aún estamos a tiempo de actuar y evitar que el binomio terrorismo-armas de destrucción masiva cause una catástrofe mayor que provoque no solo daños materiales, sino también pánico generalizado. Desde su asiento no permanente en el Consejo de Seguridad, España, mediante la actualización del sistema creado por la resolución 1540, no escatimará esfuerzo alguno para evitar que ese escenario pueda ocurrir.
IGNACIO YBÁÑEZ ES SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES – ABC – 12/05/16