JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 04/10/15
· Hasta entonces pueden pasar muchas cosas. Van a pasar, pese a lo que digan las encuestas.
La primera lección que debemos sacar los españoles de las elecciones catalanas es que las encuestas no son fiables. Han vuelto a fallar estrepitosamente. Sólo las del CIS ofrecen cierta confianza, pero siempre van detrás del rapidísimo fluir de los acontecimientos, lo que las invalida.
Las demás no son encuestas, son parte de la campaña electoral. Si se fijan, todas coinciden con los intereses del partido que las patrocina o con la línea editorial del medio que las encarga. Publicidad dura, aunque no pura. Sin embargo, van a seguir bombardeándonos con ellas, pues la campaña de las generales ya está en marcha y hasta se cruzan apuestas. ¡Con lo que puede pasar en estos dos largos meses!
De entrada, todos se han hecho españolistas, menos los ultra nacionalistas, sin otro remedio que adoptar una actitud numantina, pese a haber fracasado en su intento de demostrar que la mayor parte de los catalanes están a favor de la independencia. Pero que ni siquiera se pongan de acuerdo en quién será su capitán advierte del desconcierto en sus filas. Porque lo del «liderato coral» tiene más de chiste que de plan de batalla, con el resultado previsible de que termine como el rosario de la aurora. Encima, aquellos entre los que se consideran los más europeos de todos los españoles tienen que aliarse con los que quieren salir, no ya de la UE, sino también de la OTAN y de todas las instituciones occidentales. Y aunque la política hace extraños compañeros de cama, no llega a tanto.
Algo parecido pasa con el PSOE. Pedro Sánchez ya no habla de singularidad catalana, ni de equidistancia, ni de no pactar con Bildu ni con el PP, y en vez de hacer carantoñas a Podemos, se las hace a Ciudadanos. Pero ¿va a cancelar las reformas de Rajoy? ¿Sigue ofreciendo el federalismo como curalotodo de los males de España? Espero que no se refiera al federalismo de la Primera República, que terminó no con un rosario, sino con todos contra todos.
Podemos padece también una crisis de identidad, tras abandonar su leninismo greco-venezolano, y se presenta como defensor, no ya del «pueblo», que suena a proletario, sino de la «gente», en la que caben todos, el centro incluido. Quiere liderar la izquierda, pero rechaza aliarse con IU. En realidad, lo único que busca figura en su nombre: poder. Una amenaza más que un programa.
Ciudadanos lo tiene y no suena mal: anti independentismo y anti corrupción. Pero ¿qué hay de plan económico? ¿Y de reforma de la Constitución? ¿Y del ordenamiento territorial? Porque esos serán los grandes temas de la próxima legislatura.
En cuanto al PP, lo tiene claro, demasiado para algunos: seguir con su programa económico y defender la unidad de España. O sea, Rajoy, Rajoy y Rajoy. Con ese programa, no ha ganado últimamente ninguna elección. Pero las del 20 de diciembre no serán como las anteriores, serán generales, ante las que el personal se tienta la ropa, quiero decir la cartera. Aparte de que hasta entonces pueden pasar muchas cosas. Mejor dicho: van a pasar, pese a lo que digan las encuestas.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 04/10/15