22/01/2017

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 22/01/17

José María Carrascal
José María Carrascal

· Anoten: el 20.01.2017 empezó la era Trump que pone fin a los sueños de concordia.

Anoten la fecha. Donald Trump la ha hecho fiesta nacional: Día del Patriotismo. Si cuaja, será un hito histórico no sólo en el calendario norteamericano, sino también en el mundial, al señalar el fin de una era de creciente globalización para volver al nacionalismo, a las fronteras, al proteccionismo y a los conflictos de todo tipo. Eso no es un cambio. Es un vuelco.

El lema del discurso de investidura de Trump, America First, no aportaba en sí nada nuevo. Incluso resultaba pedestre, como toda su alocución. Se supone que todo presidente, no importa la ideología o el lugar, pone a su país el primero. Pero acompañado de cuanto Trump añadió, no cabe la menor duda de que quería decir «y los demás, que se las arreglen como puedan».

Eso, tras un siglo de intervencionismo norteamericano en el mundo, hasta convertirse en primerísima potencia, es un acontecimiento histórico. ¡Adiós mirar al vecino como socio y empezar a verle como rival! ¡Adiós a la búsqueda de afinidades, para subrayar las diferencias! ¡Adiós a la aldea global para volver a la aldea paleta! ¡Adiós al internacionalismo para volver al aislacionismo! No parece un salto adelante, sino hacia atrás. Aunque la historia, como los atletas, suele coger carrerilla para llegar más lejos. Lo malo es que ahora toca retroceder.

El aislacionismo no es una novedad en Estados Unidos. A fin de cuentas, sus padres fundadores abandonaron Europa hartos de guerras, de persecuciones religiosas, de pleitos de fronteras, de hambres y otras calamidades. Aunque sus descendientes tuvieron que volver dos veces a Europa, renuentemente eso sí, para salvarla de sí misma. Pero están hartos. Lo confirma que su 45 presidente no citó ni una sola vez a la OTAN ni a la Unión Europea, los dos regalos que nos dejaron, que no faltaban nunca en los discursos de sus predecesores. Trump metió a todos los demás países en el mismo saco.

La gran pregunta hoy es: ¿se puede volver al aislacionismo? O, en el plano humano, ¿se puede regresar al pasado? Todo indica que no, por la sencilla razón de que las circunstancias son otras. Más, con el impresionante desarrollo que han tenido las comunicaciones, que aceleran los acontecimientos, creando situaciones nuevas no ya cada siglo, sino cada año, cada mes incluso, como estamos viendo. Pero que Trump va a intentarlo, tampoco nos quede la menor duda, con todo lo que significa de replantear la entera situación internacional.

Quiere ello decir que si ese discurso no fue el último de su campaña electoral sino el primero de su gobierno, nos esperan días, meses, años turbulentos. «Abróchense los cinturones de seguridad, que entramos en zona tormentosa» nos advierte una voz desde las alturas. Cuando creíamos haber superado la crisis, entramos en otra mayor. Anoten: el 20.01.2017 empezó la era Trump que pone fin a los sueños de concordia, progreso lineal, fondos de Bruselas, defensa de Washington, buenismo a espuertas. Pero se acabó. Y no olviden: camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 22/01/17