José F. Peláez-ABC

  • No es exactamente derecho penal de autor, sino algo peor

«Lamento que el PP dé eco a denuncias que presentan ultraderechistas, antivacunas y antiabortistas». La perla la pronunció Félix Bolaños en el Congreso y me dejó estupefacto. En primer lugar, porque el ministro de Justicia desliza que, si una denuncia es presentada por un ultraderechista, un antivacunas o un antiabortista, no debe ser tomada en consideración, aunque sea cierta. Peor aún: da a entender que lo que se debería juzgar no es un supuesto de hecho sino al autor de la denuncia, cuya idoneidad supondría un filtro previo. No es exactamente Derecho Penal de autor, sino algo peor. Porque no es que base la responsabilidad de los hechos en quién los ha llevado a cabo, sino que lo supera al limitar la responsabilidad del hecho en función de las características de los que presentan la denuncia.

Pero eso no es lo peor. La verdadera aberración de Bolaños es ser capaz de comparar la postura acientífica del antivacunas con la postura ética de quien se opone al aborto. Las vacunas no son algo debatible, como no lo es la ley de la gravedad o los ciclos de las mareas. No caben interpretaciones ante la realidad científica. Podemos hablar de si una vacuna en concreto es adecuada, necesaria o segura y, como consecuencia, de si su inoculación masiva puede ser o no obligatoria y de las dudas ante los posibles efectos adversos. Son aspectos técnicos, tanto legal como médicamente. Pero ¿es comprable una vacuna a un niño? Voy más allá: ¿se puede comparar un aspecto técnico con uno moral?

Es sabido, porque lo he dicho en innumerables ocasiones, que yo soy antiabortista. El debate, para mí, no es si el aborto está bien o mal –que está mal–, ni si debe o no ser un derecho de la mujer, –que, por supuesto, es que no–. El debate, en todo caso, debe ser la consecuencia jurídica del aborto, es decir, de si una mujer que aborta debe o no ir a la cárcel. Que yo creo que no. Al menos en la mayoría de las ocasiones, en otras, sin lugar a dudas. Pero, en cualquier caso, lo que aterra de las palabras de Bolaños no es su posición ante el aborto sino su posición ante los que estamos en contra del aborto. Creo que es un tema lo suficientemente complejo para, al menos, respetar la posición intelectual de la gente que piensa diferente a ti, es decir, de la gente que creemos, con la Ciencia, que desde el momento de la concepción hay vida y que esa vida es humana, tenga o no conciencia y tenga o no desarrollado el sistema nervioso. Negar esto es negar la realidad científica, como un vulgar terraplanista. Y tampoco pasa nada, hay cosas peores. Puedes pensar, como Bolaños, que un conjunto de células no es una persona y que, por lo tanto, se puede extirpar como si fuera un padrastro. Pero me temo que la verdadera mentalidad científica aquí es la que dice que, si no hay prueba en contra, un ser vivo con ADN humano es una persona. Y la verdadera mentalidad ilustrada la que, ante la menor duda de estar acabando con una vida, protege al débil en lugar de ridiculizar a sus defensores.