PNV y PSE marcan terreno

EL CORREO 11/06/13
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

El PNV mantiene que si no hay acuerdos económicos y fiscales en las negociaciones con el PSE no será posible alcanzar pactos en los otros terrenos, como la reforma institucional o la viabilidad de los servicios públicos. Los socialistas dicen justo lo contrario, que no habrá acuerdo sobre fiscalidad si no hay entendimiento en los demás asuntos que están sobre la mesa porque todo forma parte de un mismo paquete.
Joseba Egibar y Rodolfo Ares se encargaron ayer de subrayar las exigencias de cada parte en el proceso de conversaciones abierto por el PNV y el PSE. Es normal que las posiciones de partida de los dos interlocutores se presenten alejadas al inicio de las negociaciones. Los dos partidos sólo han establecido el formato de la discusión y aún no han entrado a debatir el fondo de los asuntos que han puesto en la agenda. Ya habrá tiempo de que se produzcan acercamientos a medida que se desarrollen las reuniones y los intercambios de proyectos.
Las dos partes, de entrada, han dado ya algunos pasos al establecer un marco compartido de negociación, sobre todo el PNV. Los nacionalistas han tardado varios meses, pero al final han tenido que reconocer que no eran viables sus intenciones iniciales de jugar a la geometría variable, de hacer pactos con unos o con otros para evitar un acuerdo firme con un solo partido. La retirada de los presupuestos por falta de apoyo para sacarlos adelante mostró los límites de esa estrategia y llevó al partido de Urkullu y Ortuzar a volverse más realista y apostar por negociar con los socialistas, aunque luego no cierren las puertas a ampliar los acuerdos que se alcancen. Pero, de momento, han dado el paso de elegir un socio preferente para esa negociación. Un socio con el que no van a discutir un pacto de coalición ni un apoyo de legislatura, como hicieron en los ochenta, aunque si llegan a entenderse los socialistas tendrán que respaldar al Gobierno para sacar adelante los acuerdos alcanzados.
La cuestión fiscal se presenta en principio como la clave de la negociación. El problema no está en determinar si se suben o no los impuestos, si la carga fiscal se distribuye de una u otra manera. Sobre esas cuestiones, a buen seguro, que sería posible alcanzar un acuerdo con relativa facilidad. El obstáculo serio es si las instituciones comunes, esto es el Parlamento y el Gobierno vasco, asumen competencias sobre la política fiscal en detrimento de las Diputaciones. Eso es lo que pretende el Partido Socialista y a lo que se opone el PNV porque supone modificar la arquitectura institucional dibujada en el Estatuto y en la Ley de Territorios Históricos.
La propuesta del PSE supondría cambiar el modelo de la foralidad tal y como se ha interpretado hasta ahora y eso es mucho cambio para un partido como el PNV que por defender ese modelo afrontó una ruptura interna en los años ochenta, que dio lugar al nacimiento de Eusko Alkartasuna.