Mercedes Gallizo nos va a dejar a todos un recuerdo imborrable de su paso por las Instituciones Penitenciarias. Hay errores que no son los mismos en 1984 que en el 2004, y serían muy graves después de todo lo que hemos visto y hemos avanzado con tanto experimento y tanto dolor. Ni la ingenuidad puede ya perdonarse.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo hizo público ayer un manifiesto suscrito por una decena de colectivos en el que se oponía al grave paso atrás en la lucha contra el terrorismo que supondría el regreso de los presos de ETA a la universidad vasca, tal y como lo ha anunciado Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias. Gallizo dice que no va a tocar la Ley Penitenciaria por el hecho de firmar convenios con la UPV y con otras universidades para que los reclusos etarras puedan cursar estudios fuera de la UNED. Haciendo honor a la verdad hay que decir que este alarde de cinismo sólo es posible gracias a las torpeza y a la precariedad con la que el PP redactó hace un año la modificación del artículo 56 con la que se logró que ETA no se matriculara en la Facultad de Periodismo de Lejona durante el curso que ahora acaba de terminar. El PP se hallaba entonces tan profundamente convencido de que se iba a perpetuar eternamente en el poder que en su modificación daba todas las atribuciones para la interpretación de la misma a la figura del director general. El PP daba por hecho que dicha figura la iba a elegir el propio PP. No contemplaba ni admitía lejanamente la posibilidad de que un día pudiera llegar a ese puesto Mercedes Gallizo con «ideas propias». Pero Mercedes Gallizo ha llegado y el PSOE no va a tener siquiera que anular la modificación para saltársela. Se la va a saltar «respetándola» y acogiéndose a la letra pequeña. Por esa razón el texto de la AVT habla de «fraude de ley», porque se trata de eso, de atentar contra el espíritu de la norma ateniéndose a los requisitos formales para obtener un fin contrario al que se buscaba.
Yo creo que Gallizo nos va a dejar a todos un recuerdo imborrable de su paso por las Instituciones Penitenciarias. Creo que nos espera una verdadera penitencia con Gallizo por el modo vehemente en que nos quiere descubrir el mediterráneo de la reinserción. Creo que hay errores que no son los mismos en 1984 que en el 2004 y que serían muy graves después de todo lo que hemos visto y hemos avanzado con tanto experimento y tanto dolor. Creo que ni la ingenuidad puede ya perdonarse.
José Alcaraz, presidente de la AVT, recordó ayer en su manifiesto que la reinserción empieza por el arrepentimiento y Carmen Alvarez, presidenta de Verde Esperanza, nos invitó a ir a la Audiencia Nacional para hacer compañía a la madre del guardia civil Benigno Villalobos, asesinado en 1994, mientras se juzgaba a Jorge Martínez, el etarra acusado de ese asesinato. Soy una de las personas que fueron y vieron cómo éste retaba a los jueces y a los familiares de la víctima, cómo daba patadas en el cristal de la cámara de seguridad y rompía el micrófono del techo. Creo que tenía que haber estado allí Mercedes Gallizo para conocer a uno de sus futuros catedráticos de Periodismo.
Iñaki Ezkerra, LA RAZÓN, 9/7/2004