La Policía estrecha el cerco sobre Ibil, un grupúsculo que aboga por volver a la violencia

EL CORREO 28/04/14

· Cree que no son más de un centenar de críticos con la línea oficial de Sortu, y que carecen de la infraestructura necesaria para actuar en la clandestinidad.

Las fuerzas de seguridad mantienen abierta desde hace varios meses, con autorización judicial, una investigación conjunta sobre Ibil, pequeña corriente enfrentada con la línea política de la izquierda abertzale a raíz del cese de la violencia de ETA. Este grupúsculo, muy crítico con la decisión de abandonar la lucha armada, lleva varios meses tratando de ganar simpatizantes entre los de la línea oficial de la antigua Batasuna y cuenta ya con una cierta organización en Euskadi y Navarra, donde la pasada semana celebraron a su forma el Aberri Eguna.

Los expertos policiales consultados por este diario consideran que no disponen de momento de la infraestructura necesaria para «pasar del terreno teórico al práctico», pero reconocen que se han detectado ciertos movimientos que obligan a las fuerzas de seguridad a permanecer vigilantes. «No somos 300, pero tampoco somos 50», aseguró uno de los integrantes del grupo en una conversación a la que ha tenido acceso la Ertzaintza.

Desde que nació, hace más de un año, Ibil (Iraultazileen Bilguneak – Asamblea revolucionaria) ha lanzado duras críticas a los dirigentes de la izquierda abertzale oficial, a la que acusan de apoltronarse, de actuar internamente de forma «dictatorial» y de no hacer frente a lo que consideran «ataques del Estado». La preocupación de los policías que seguían sus pasos empezó a subir de tono hace unos cinco o seis meses. Hasta entonces, además de mostrar su postura crítica son los líderes de Sortu a través de comunicados divulgados por las redes sociales, este grupúsculo había organizado diversas reuniones y conferencias en diversas localidades del País Vasco y Navarra en las que, entre otras cosas, explicaban su discurso crítico con la línea oficial y trataban de ganar adeptos entre presos del denominado «sector duro».

Por aquel entonces, Ibil solía aparecer como un apartado más dentro de los informes que los servicios de información de Ertzaintza redactan de forma periódica. Pero a finales del pasado año, se detectaron «serios indicios» de que este grupo, aunque minoritario en la izquierda abertzale, parecía ir «en serio». Ibil adquirió entonces la suficiente relevancia y los encargados de la lucha antiterrorista empezaron a realizar informes exclusivos sobre este grupúsculo.

A finales de 2013, coincidiendo con un rebrote de la kale borroka que sembró la preocupación en los dirigentes de la izquierda abertzale, los policías encargados de la investigación tuvieron conocimiento de que miembros próximos al colectivo Ibil estaba preparando lo que ellos mismos denominaban «cursos de clandestinidad» para algunos fines de semana concretos. También hablaban de empezar a crear una «red de buzones», pequeños habitáculos que sirven para intercambiar mensajes o que en los tiempos de actividad de ETA se usaban incluso para esconder pistolas para los comandos.

En otra de las conversaciones de las que tuvieron conocimiento agentes de la Ertzaintza, un individuo propuso recuperar un zulo antiguo que sabía dónde se encontraba y en el que, según afirmó, se escondía un «viejo lanzagranadas». Aquellas reuniones elevaron de forma significativa la preocupación de las fuerzas de seguridad sobre las verdaderas intenciones de Ibil. Las Fuerzas de Seguridad decidieron entonces unificar sus investigaciones en un mismo juzgado y han puesto el foco en un grupo que «ya entonces se sabía vigilado».

¿Cuál es la verdadera dimensión de este grupo? Según las fuentes policiales consultadas por este periódico, podrían llegar a ser en torno a un centenar de simpatizantes, pero insisten en que es probable que no todos los críticos con la dirección oficial de la izquierda abertzale que apoyan a este grupo estén «dispuestos a seguirles hasta el final». Además, recalcan que carecen de la infraestructura necesaria para poder «actuar desde la clandestinidad» con ciertas garantías.

Los mismos medios apuntan que la propia dirección de la antigua Batasuna ya les habría dado «un toque» por la forma de divulgar entre sus bases su descontento con la línea política que mantiene Sortu en el «nuevo tiempo» abierto tras la renuncia a las armas por parte de ETA.

‘El señor de los anillos’

En este contexto, a finales del pasado febrero se produjo un hecho «desconcertante». Uno de los fundadores y principales cabecillas de Ibil, Fermín Santxez Agurruza, que estuvo preso en Francia por pertenencia a banda armada entre los años 1995 y 2003, desapareció repentinamente y se encuentra en paradero desconocido desde entonces. Según el medio digital ‘El Informador’, su pareja puso una denuncia ante la Policía foral denunciando su desaparición, después de que no acudiese al colegio público en el que da clases desde hace una década, pero la retiró horas después.

Al parecer, Santxez (él escribe así su apellido) dejó un ejemplar de ‘El señor de los anillos’ con una dedicatoria para despedirse de sus alumnos. En el libro también dibujó una estrella de cinco puntas con la frase «la estrella nos iluminará el camino». Este diario se puso en contacto con el colegio hace dos semanas para conocer si había vuelto a dar clases, pero reconocieron que no sabían nada de él desde febrero.

El antiguo etarra tampoco figura en la lista de personas desaparecidas porque no hay ninguna denuncia reclamando a la Policía que se le busque. ¿Dónde está? Las fuentes consultadas apuntan que lo ocurrido es muy similar a otros casos de militantes de ETA que hace unos años pasaban a la clandestinidad sin que sus familiares lo supiesen. Pero, en este caso, insisten en que todas las hipótesis están abiertas y que puede haber ocurrido «cualquier cosa», incluida una huida voluntaria que no tenga nada que ver con su militancia política. Santxez Agurruza, en todo caso, ya había adquirido cierta notoriedad en círculos de la izquierda abertzale en los últimos tiempos tras mantener notorios enfrentamientos a través de artículos de opinión con destacados militantes de la izquierda abertzale.

EL CORREO 28/04/14