El ciudadano desconocido

Poema de W.H. AUDEN

EL CIUDADANO DESCONOCIDO
(A JS/07/M/378 el Estado dedica este Monumento)

Comprobó el Instituto de Estadística
que era un hombre oficialmente intachable.
Coinciden los informes de conducta en que era,
en el moderno sentido de la palabra,
un santo.
En todo lo que hizo, sirvió a la sociedad.
Salvo en guerra, hasta el día de su jubilación
trabajó en una fábrica. Nunca lo despidieron.
Cumplía con la empresa, Fudge Motors,
sin ser un esquirol ni insolidario
(su sindicato informa que pagaba las cuotas
y tenemos constancia de que éste era legal).
Han comprobado nuestros psicólogos sociales
que era estimado por sus compañeros y que incluso
tomaba alguna copa.
Los de la Prensa afirman que comproba un diario cada día
y reaccionaba ante los anuncios con total normalidad.
Pólizas a su nombre nos lo revelan asegurado
en todo.
Por su historial sabemos que fue hospitalizado alguna
vez pero salió curado.
Tanto Estudios Industriales como Nivel de Vida declaran
que era muy consciente de las ventajas del
mercado a plazos
y tuvo cuanto el Hombre Moderno necesita,
fonógrafo, aparato de radio, coche y congelador.
Nuestros especialistas en Opinión Pública celebran
que siempre tuvo ideas adecuadas a la época del año;
con paz, la defendía; en guerra,
se alistaba.
Casado, añadió cinco niños a la población,
lo que nuestros expertos consideran un número correcto
para un padre de su generación
y aclaran nuestros profesores que nunca interfirió en su
educación.
¿Fue libre? ¿Fue feliz? la pregunta es absurda.
De haber ido algo mal, lo habríamos sabido.

W.H. AUDEN

Enviado por Belcha 9/5/2004