El organizador de la pitada quiere prohibir el castellano y examinar a los inmigrantes

EL CONFIDENCIAL 03/06/15

· Santiago Espot está detrás de la pitada -consentida y alentada por la Generalitat- contra el himno en el Camp Nou. Es un viejo conocido por delatar a los comercios que no rotulan en catalán

En las bambalinas de la pitada de la final de la Copa del Rey el pasado sábado hay un sinfín de historias y personajes, algunos turbios. Y, sobre todo, muchos intereses electorales, mucha manipulación y asuntos que nada tienen que ver con el deporte. El Gobierno catalán ha actuado esta vez como bombero pirómano. O, al menos, su portavoz y consejero de Presidencia, Francesc Homs, que ayer se empeñó en repetir varias veces que “no estamos en un contexto democrático ni en un Estado de derecho”. Todo porque el Comité de competición acordó abrir expediente por los pitidos de la final de la Copa.

El Gobierno catalán necesita tensar la situación porque los secesionistas saben que si en estos momentos se convocan elecciones el bloque rupturista tendría las de perder. Es más: CiU y ERC juntas no sacarían mayoría absoluta y no podrían formar Gobierno. Los nervios, por tanto, están a flor de piel.

La pitada tiene unos responsables muy claros, que actuaron en connivencia con el Gobierno catalán. Por algo, su principal impulsor, Santiago Espot, fue entrevistado la misma mañana del sábado, en horario de máxima audiencia, cuando es un personaje que ha tenido que renunciar a presentarse en los comicios electorales por su nulo apoyo popular. Fue el granito de arena que los medios públicos catalanes aportaron a la pitada.

Cuando Espot, el creador del grupúsculo Catalunya Acció, presentó la campaña Xiula per la Independència en el 2012 apenas tuvo repercusión. Jugaban la final FC Barcelona y Athletic el 25 de mayo en el Calderón y la pitada fue pequeña. En el Camp Nou, con las huestes independentistas movilizadas, los decibelios superaron a los del despegue de un avión supersónico. Porque, en esta ocasión, la cosa cambia: con unas elecciones autonómicas en septiembre, los independentistas necesitan tensionar la situación. Hay que despertar conciencias. Y por eso la pitada de este fin de semana tiene un significado especial.

El gran delator contra los rótulos en castellano
Para empezar, el pergeñador de la acción es uno de los que se dedicó durante años a presentar denuncias contra los comercios que no tenían rótulos en catalán. Se vanagloriaba de haber presentado, sólo en 2009, unas 3.000 denuncias por ese concepto. Ello le valió de ser tildado en ocasiones de “Gran Delator”. Pero en su haber figura un oscuro historial empresarial con pufos y deudas a Hacienda y a la Seguridad Social. Una de sus empresas ni siquiera presentó las cuentas en el registro mercantil desde su creación en 2003. Asimismo, fue uno de los impulsores de las campañas en contra de la candidatura olímpica de Madrid, a la que tanto él personalmente como su grupúsculo político se oponían.

En el año 2010, Santiago Espot creó la marca electoral Força Catalunya, que al no tener suficiente tirón se asoció con Solidaritat Catalana per la Independència (SI), el partido creado por el exnotario Alfons López Tena y el exdiputado de ERC Uriel Bertran. Mientras estos se convertían en diputados en 2010 coaligados con el expresidente del Barça Joan Laporta, Espot fue su candidato a la alcaldía de Barcelona en las municipales del 2011. La coalición obtuvo 6.823 votos, un 1,13% de los sufragios. Este año, ni se ha presentado, aunque ha logrado que se hable de él por la gran pitada.

Lo verdaderamente curioso, sin embargo, es el ideario de Catalunya Acció, el instrumento que hace servir Santiago Espot para su participación en política, un ideario donde se dan pábulo a las más peregrinas teorías conspiratorias de Castilla contra Cataluña o en el que se quiere prohibir hablar en castellano a los inmigrantes. Para empezar, sus documentos afirman que el “Estado catalán” se perdió en 1714. Curiosa afirmación realizada precisamente por alguien (Espot) que presume de ser licenciado en Geografía e Historia. “Podemos afirmar contundentemente que nuestro pasado es groseramente borrado, manipulado y sustituido para legitimar y consolidar el dominio colonial español y francés sobre la nación catalana”.

La Historia alucinante
Acusa a España de “la apropiación y secuestro de nuestra historia. Por ejemplo, el descubrimiento de América, el Siglo de Oro de nuestra literatura o la bandera de la marina catalana, actual bandera española”. También la acusa de “la falsificación y manipulación de nuestra memoria colectiva. Como la sustitución de la identidad de catalanes ilustres como Joan Cristòfol Colom o Miquel de Sirvent (según recientes estudios en vías de ser aceptados por la comunidad científica mundial) y la adulteración sistemática llevada a cabo por la censura de documentos jurídicos, cartográficos y literarios originales para favorecer los intereses de Castilla”. En otras palabras, que reclama como catalanes a Cristóbal Colón y al aragonés Miguel Servet.

Además de reclamar el catalán como única lengua oficial y erradicar el castellano de los ámbitos donde está porque es “una lengua impuesta”, todos los espectáculos habrán de ser obligatoriamente en catalán, ya sean de teatro, ópera, series de televisión o películas de cine. La información oral y escrita de todos los transportes públicos será también “únicamente en catalán”.

Examen para ser catalán
Los documentos remarcan que “el conocimiento y uso correcto de nuestra lengua, así como el conocimiento de nuestra cultura e historia serán imprescindibles para el logro de la plena ciudadanía por parte de los inmigrantes”. Porque a estos les toca la peor parte. “Un modelo económico basado en la inmigración es incuestionablemente insostenible y nacionalmente suicida”, afirma el ideario de Catalunya Acció, antes de asegurar que “la reciente llegada de inmigrantes extracomunitarios ha sido exageradamente masiva y promovida por las fuerzas políticas españolistas con la intención de carcomer todavía más la difícil situación del pueblo catalán, cuando todavía no habíamos conseguido, ni de lejos, integrar a la totalidad de la anterior oleada inmigratoria de origen español que llegó durante el franquismo”.

Espot acusa a España de ‘la apropiación y secuestro de nuestra historia. Por ejemplo, el descubrimiento de América’ 

El mensaje lanzado por el grupúsculo plantea muchas dudas sobre su bondad y apunta a algunos rasgos de xenofobia: “Nuestro estado no obligará nunca a nadie a venir. Por tanto, el inmigrante viene por iniciativa propia, sea por voluntad o forzado por unas circunstancias de las cuales el Estado Catalán no es responsable directo. En consecuencia, el inmigrante deberá aceptar necesariamente nuestras normas de vida y deberá demostrar una voluntad de integración en el país que le acoge”.

Este es, a grandes rasgos, el perfil del organizador de la pitada. El Gobierno catalán la aplaude ahora como símbolo de la libertad de expresión. Y, aunque en algunos ámbitos de la Administración coincide con los puntos que defiende el grupúsculo independentista (sobre todo, en algunos referentes a la lengua o la educación), de momento no se ha pronunciado sobre el revisionismo histórico que propone Catalunya Acció ni sobre el examen a los inmigrantes para poder ser acogidos sin problemas.