EL CONFIDENCIAL 28/07/15
· Hasta el momento ha habido barra libre. Ni Mariano Rajoy ni el ministro Cristóbal Montoro ni Luis de Guindos habían movido un dedo
Pero lo cierto es que hasta el momento ha habido barra libre. Ni Mariano Rajoy, ni el ministro Cristóbal Montoro ni Luis de Guindos habían movido un dedo. Y eso que Mas había nombrado incluso a su hombre fuerte de la Hacienda catalana, robado a la Agencia Tributaria española: Joan Iglesias. Fichado a golpe de talonario en una época en que lo que primaba eran los grandes recortes de gasto, le puso nada menos que sueldo de conseller, o sea, unos 108.000 euros anuales.
Unas semanas después del fichaje de Iglesias, Mas fichó a otro funcionario estatal, Jordi Boixareu, como responsable de desarrollar la política autonómica de tributos en el marco de la Agencia Tributaria Catalana, también con un salario superior a los 100.000 euros. Estos fichajes se produjeron en la primavera del 2013. Salarios de élite en una época de vacas flacas, aunque por una buena causa. Sin embargo, las alarmas dentro del Gobierno español no han saltado hasta ahora.
Entonces, las estructuras de la Hacienda catalana se reducían a 14 inspectores, de los cuales 4 pertenecían a otras Administraciones y trabajaban con la Generalitat en función de comisión de servicios. Hoy, los funcionarios de la Administración Tributaria catalana se elevan a 324 y quieren llegar a los 600. Son palabras de Joan Iglesias en un acto de ayer mismo sobre la presentación del nuevo modelo de Administración Tributaria de Cataluña. Y, dicho de otra forma, la ATC que los populares dicen que no habrá ha multiplicado por 30 sus efectivos.
Seis órganos nuevos
La nueva Hacienda catalana tiene tres organismos en funcionamiento: la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC), la Dirección General de Tributos y la Agencia Catalana de Recaudación de Ingresos. Pero quiere crear otros tres organismos a partir de entes ya existentes: el Servicio Catalán de Gestión de Ingresos (SCGI), que sería el paraguas donde se integrarían los organismos ejecutivos, incluyendo a la ATC; la Agencia Catalana de la Propiedad Inmobiliaria y la Junta de Tributos de Cataluña (JTC). Por si fuera poco, necesita crear seis nuevos organismos: el Consejo Fiscal, el Síndico del Contribuyente, la Agencia Catalana de Comercio Exterior y Aduanas (ACCED), el Servicio de Informática Tributaria de Cataluña (SITC), el Instituto de Estudios Tributarios de Cataluña (IETC) y la Oficina Catalana de Fiscalidad Internacional (OCFI).
El president presidió ese acto y lo dejó claro: “No se ha perdido el tiempo, se ha hecho mucho trabajo”. Mas afirmó que “se puede decir que estamos a punto y preparados. En contra de lo que algunos han pensado a veces, se ha hecho mucho trabajo, no sólo en el terreno de la Hacienda propia, sino en otros”.
Mas, aunque no lo citó, se refirió al error en que cayó Jordi Pujol, que en su día rechazó la posibilidad de hacerse cargo de Hacienda en Cataluña. “Fue un error”. Y criticó luego que el Tribunal Constitucional rebajó las pretensiones de una Hacienda propia y del modelo de financiación en la sentencia sobre el último Estatuto de Autonomía. “Si no tenemos Hacienda propia fue por errores propios y porque cuando se intentó corregir nunca se encontró la más mínima comprensión en el otro lado para intentar que Cataluña tuviese un sistema propio de financiación diferenciado e, incluso, la aspiración a una Hacienda propia con mayúsculas”. Todo ello, claro, con un claro objetivo: la Hacienda propia es la principal “estructura de Estado” para llevar a cabo su propia hoja de ruta, que culmina con la separación de España.
Fue un aviso en toda regla al Gobierno español. A esa misma hora, en la Delegación del Gobierno español en Cataluña, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, asistía a la toma de posesión del nuevo jefe superior de Policía, el comisario Sebastián Trapote. “Debemos trabajar todos juntos y hacer cumplir la ley”. Para llevar este propósito a cabo, subrayó el ministro, se hará cumplir la ley de leyes, o sea, la Constitución. Pero si las autoridades catalanas no se afanan en estar dentro de la legalidad, esto será la ley de la selva. Y, como quien no quiere la cosa, deslizó su conclusión: “Ya se sabe que en la ley de la selva siempre gana el más fuerte”. El conseller de Interior, Jordi Jané, y el director general de los Mossos d’Esquadra, Albert Batlle, presentes en el acto, no pudieron hacer otra cosa que aguantar estoicamente el chaparrón de Fernández Díaz. Para sacar pecho ya está su jefe Artur Mas.