EL MUNDO – 11/10/15 – CASIMIRO GARCIA-ABADILLO
· La encuesta del CIS sobre Cataluña es bastante parecida a la que hizo Sigma Dos para EL MUNDO, publicada el pasado lunes.
Mi comentario sobre aquella lo titulé Empate técnico, que es justamente lo que refleja la del CIS. Los independentistas obtendrían una exigua mayoría absoluta de 68-69 escaños sumando los que obtendrían Junts pel Sí (JPS) y la CUP.
Hace un par de días, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, me enseñó la porra que ha hecho con un grupo de amigos para el 27-S. La lleva en el móvil y, aunque el pronóstico tiene ya varias semanas, él la conserva como una especie de reto a las encuestas. Según su apuesta, la suma de JPS (58 escaños) y la CUP (7), se queda a tres escaños de la mayoría absoluta. Rivera da a Ciudadanos 21 escaños, no muy lejos de los 19-20 que le da el CIS, y coincide con el Centro en la estimación de Catalunya Sí que es Pot (CSP): 18 escaños.
En lo que coinciden la mayoría de los sondeos publicados hasta ahora es en que Artur Mas no tiene asegurada la mayoría absoluta ni siquiera sumando a la CUP. Su apuesta, por tanto, es arriesgada. La comunidad catalana –a la luz de las preguntas del CIS– se encuentra dividida en dos mitades respecto al sentimiento sobre España, la independencia e incluso la lengua materna que se utiliza en los hogares.
En lugar de intentar cohesionar a la sociedad, el órdago de Mas la ha fracturado. Claro que a él, en principio, no parece importarle mucho porque podría salirle personalmente bien. Según el CIS es el candidato al que un porcentaje mayor de catalanes prefiere como presidente de la Generalitat (un 22,5%). Desde luego, muy por encima del cabeza de lista de JPS, Raül Romeva, quien sólo concita el apoyo del 4%.
La cuestión es: ¿podría ser investido como presidente Artur Mas si la suma de JPS y la CUP no llega a los 68 escaños?
La respuesta, según vaticina Rivera, es «sí». En su intervención en el Parlament hace una semana, el president dejó caer que el 28 de septiembre no se sumarán candidaturas, sino diputados. Lo cual hace pensar que tiene apalabrado el respaldo de los dos o tres parlamentarios que podrían hacerle falta para lograr la mayoría absoluta. ¿De dónde saldrían esos tránsfugas? De CSP. El líder de esa lista, Luis Rabell, ha alardeado de haber votado «sí» a la independencia en el referéndum-farsa del 9-N. Otros miembros de CSP han mostrado públicamente sus simpatías por el procés. Así que no sería de extrañar que, llegado el caso, un puñado de afines a Podemos diera el respaldo que necesita Mas para no irse a casa.
Si Pablo Iglesias logra que impere la disciplina de voto y los independentistas no llegan a 68 asientos en el Parlament, entonces el president no tendrá más remedio que marcharse. Pero, conociendo su habilidad para la supervivencia, incluso a costa de hundir a su propio partido, yo no descartaría que, finalmente, se salvara gracias a un tamayazo a la catalana (se conoce como tamayazo al cambio de voto de dos diputados del PSOE en la Asamblea de Madrid, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, tras las elecciones de junio de 2003, que dio la mayoría necesaria a Esperanza Aguirre para gobernar en la Comunidad tras repetirse los comicios).
EL MUNDO – 11/10/15 – CASIMIRO GARCIA-ABADILLO