ABC 08/10/15
BIEITO RUBIDO
La Unión Europea es el mejor proyecto de ciudadanía que existe en todo el globo terráqueo. No conozco otro igual, a pesar de sus dificultades. Créanlo. Somos unos privilegiados que vivimos en un territorio de derechos y de progreso. Es cierto que hunde sus raíces en un escenario de guerras y sufrimientos, pero todo aquello sirvió de lección para varias generaciones. Ahora, sin embargo, esa memoria parece desvanecerse. Angela Merkel volvió a recordar ayer la frase de Mitterrand: «El nacionalismo es la guerra». No es la Historia la que se repite, somos los hombres quienes nos empeñamos en repetir la Historia, cuando no en falsearla. El nacionalismo necesita construir su identidad diferencial desde el pasado, y como este no responde adecuadamente a sus pretensiones, termina retorciéndolo hasta convertirlo en su particular relato. Es nuestra obligación alertar una y otra vez de que la Europa de las libertades y el progreso no puede cimentarse en manipulaciones, al mismo tiempo que evita la insolidaridad y la mezquindad, argamasa común de todo nacionalismo. Por eso es difícil ser nacionalista desde la solidaridad.