EL MUNDO – 20/10/15
· Propuesta por ERC, ha tenido un papel clave en las grandes movilizaciones de los últimos años.
El sudoku de la nueva legislatura catalana se va cuadrando con gran trabajo. Anoche se conoció que Carme Forcadell, ex presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y número dos en la lista de Junts pel Sí el 27-S, tiene todos los números para convertirse en la próxima presidenta del Parlament. Esquerra Republicana, que según el acuerdo de coalición con Convergència debe elegir al titular de la segunda figura institucional de Cataluña, propuso anoche su nombre.
Se da por hecho que tanto Convergència –por el pacto firmado– como la CUP –por el perfil activista de Forcadell– aceptarán a la ex líder de la ANC. Como ocurre con la investidura de Artur Mas, los votos de la CUP son indispensables para elegir al presidente del Parlament: un acuerdo del resto de partidos podría dejar en minoría a los soberanistas.
Desde su cargo en la ANC, que dejó en mayo en manos de Jordi Sànchez, Forcadell se convirtió en una de las indiscutibles impulsoras del independentismo y de las masivas movilizaciones de los últimos años. Antes de eso, fue concejal de ERC en Sabadell –donde pasó sin pena ni gloria–, aunque en la lista de Junts pel Sí figuraba como independiente.
El más que probable nombramiento de Forcadell va a levantar ampollas entre los no independentistas. Dirigentes de Ciutadans ya recordaban anoche un episodio ocurrido en mayo de 2013. Hablando en nombre de la ANC, dijo durante un discurso: «La unidad es lo más importante que tenemos. Nuestro adversario no es CDC, ni es Unió, ni es ERC, ni es ICV, ni es la CUP, ni son los socialistas. Nuestro adversario es el Estado español, lo tenemos que tener claro. Y los partidos españoles que hay en Cataluña, como Ciutadans o el PP catalán. Estos son nuestros adversarios; el resto somos el pueblo catalán, el resto somos los que conseguiremos la independencia».
Forcadell también mostró, en su última etapa al frente de la ANC, una sintonía con Convergència que escamó al resto de partidos independentistas. Se notó, por ejemplo, cuando renunció a presionar a Mas para adelantar las elecciones autonómicas a los primeros meses de 2015, como quería ERC. Su «president, ponga las urnas» de la Diada de 2014 no dio finalmente problemas al Govern; de hecho, Forcadell pilotó su relevo para colocar al frente de la ANC a Sànchez, cercano a Mas.
El nombre de Anna Simó también había sonado en los últimos días para presidir la Cámara, pero ERC decidió finalmente anoche proponerla para secretaria primera de la Mesa. Los republicanos también contemplaron que el presidente del Parlament fuera el líder del partido, Oriol Junqueras, pero finalmente esta opción también fue descartada porque su papel final, con toda probabilidad, estará en un puesto relevante en el próximo Govern: se especula con una vicepresidencia económica.
Las negociaciones por la Mesa de la Cámara van mejor que el pulso entre Junts pel Sí y la CUP por la investidura y la composición del futuro Ejecutivo catalán, como dejó claro ayer Felip Puig. El consejero en funciones de Empresa y Empleo prescindió de la discreción en que se mueven las conversaciones para lanzar varias pullas a los anticapitalistas.
Para Puig, histórico de Convergència que no repetirá en el próximo Govern, las propuestas económicas de la CUP son «incompatibles» con las de su partido y las de Junts pel Sí, por lo que consideró improbable «pactar un Gobierno» con ese partido, informa Efe.
Según el conseller, «hay algunas líneas rojas» que Junts pel Sí «no debería cruzar» en la negociación. Lo dijo en el transcurso de un coloquio organizado por Esade; varios empresarios han expresado ya su inquietud por medidas que haya pedido la CUP, como la desprivatización de 10 empresas. Puig dio por hecho además que Mas no será investido ni en primera ni en segunda votación, por lo que lo más probable, afirmó, es que no haya nuevo president hasta después de las elecciones generales.