ARCADI ESPADA – EL MUNDO – 10/11/15
· El presidente Rajoy ha tenido que encarar dos rescates de España. Superó el primero. Y ha fracasado ante el segundo. Es difícil determinar la responsabilidad exacta de los gobernantes ante los hechos. Como cualquiera, ellos tratan de atribuírsela en lo bueno y de relativizarla en lo malo. Así Rajoy exhibe orgullo ante el rescate económico y elude cualquier responsabilidad ante el rescate político. Pero su empeño es vano. Todo lo que le sucede a una nación es responsabilidad de su Gobierno. Lo demuestra con resignada finezza el viejo refrán italiano: «Piove? Porco governo!».
El Parlamento de Cataluña aprobó ayer el inicio de un levantamiento contra el Estado de Derecho español, y ello sucedió gobernando en España Mariano Rajoy. No sólo eso. En el Parlamento catalán se detalló una colección de agresiones contra la democracia imposibles de imaginar en cualquier parlamento del entorno. Fue una sesión de un nivel ínfimo, que avergonzaría a cualquier persona alfabetizada. Ni siquiera la oposición democrática estuvo plenamente a la altura: expuestos sus argumentos, debería haber abandonado el hemiciclo. La democracia no se vota.
Por segunda vez en sus cuatro años de gobierno el presidente Rajoy ha asistido, impotente, a una ceremonia contra la democracia en Cataluña. Ilegítima por ilegal, porque en una democracia no cabe esa distinción envilecedora, tan del gusto de golpistas. No es el único responsable, desde luego. Es inconcebible que el Tribunal Constitucional haya permitido, y por unanimidad, la convocatoria y ejecución del putsch parlamentario. A la oposición política le será difícil sacar partido del desacierto gubernamental. Sus alternativas a la política de Rajoy sólo han consistido en una brumosa, acobardada e igualmente impotente llamada a la negociación de no se sabe qué y en qué términos.
Y, desde luego, es imposible que la mitad de los ciudadanos de Cataluña queden al margen de su participación en esta grave crisis española: por su frivolidad, su falta de madurez cívica y por su irresponsabilidad casi profesionalizada. La responsabilidad del presidente desleal y sus aliados no importa. No importa en la peste la responsabilidad del virus.
Gobernando en noviembre Mariano Rajoy Brey, buena parte de los españoles se dieron vergüenza de sí mismos. A ver cómo enfoca eso el Consejo de Estado, ante el que el presidente se ha visto urgido a evacuar consultas.