EL MUNDO – 08/01/16
· En la madrileña sede de Ciudadanos se ha sacado el mazo de la autocrítica. Duro examen de conciencia, con autorreprimenda pública. Una suerte de enmienda a la campaña. El resultado de las elecciones del 20 de diciembre ha obligado a su Ejecutiva a examen de conciencia: partían como segunda-tercera fuerza y acabaron cuartos. Este jueves, el órgano de dirección del partido esbozó sus fallos.
La falta de estructura, la escasa formación política de sus portavoces territoriales y una campaña institucional, como si Albert Rivera fuera presidente del Gobierno y no un aspirante, son los grandes factores que lastraron sus resultados.
La dirección de Ciudadanos está inmersa en la elaboración de un informe que presentará en las próximas semanas al Consejo General. La campaña electoral supuso que el grupo pasara de ser candidato a todo a tener un papel menos relevante del esperado (40 diputados) en el Congreso. José Manuel Villegas, director de campaña y jefe de gabinete de Rivera, ha sido el encargado de entonar el mea culpa. «Hicimos una campaña demasiado institucional. Hicimos una campaña de presidente de Gobierno y no de aspirante. No una campaña de un partido que tiene cero diputados. Debimos tener un mayor componente de crítica a la labor del Gobierno saliente y de crítica a las propuestas de los demás partidos».
Ciudadanos apostó por el juego limpio, no «bajar al barro» y responder a los ataques de PP, PSOE y Podemos, y centrarse en hablar de sus medidas. Una circunstancia que ha terminado pasándole factura. No ya sólo porque fueran dos semanas de discurso excesivamente institucional, sino que, como informó este diario, el partido no presentó ninguna novedad y no explicó bien algunas de las propuestas. «Debimos explicar mejor algunos de los mensajes», admitió Villegas. «Hay medidas estrellas como el salario digno [en referencia al complemento salarial] que no se entendieron bien seguro que por una falta de explicación adecuada». La propia dirección del partido admitió durante la campaña el error en la explicación en su programa de su propuesta de ampliar el agravante de la violencia de género y que lo puso en el centro de la polémica.
Asimismo, para llegar a noviembre en una buena posición, Ciudadanos había desgranado a lo largo de 2015 todo su programa económico-social-educativo con varias presentaciones. Agotaron la gasolina de medidas antes de que se encendiera el semáforo. «Presentamos mucho y no guardamos nada para la campaña. Tuvimos que poner toda la carne en el asador, lo conseguimos, no lo consideramos un error, pero no teníamos balas o novedades que ofrecer en los 15 días de campaña», ha reflexionado Rivera.
Más duro ha sido con dos puntos importantes que han mostrado un flanco de debilidad en el partido naranja: la falta de estructura o equipo y la escasa formación política de sus portavoces territoriales. «La falta de estructura es un problema. Hemos crecido mucho en el último año y nos han faltado elementos de coordinación entre la estructura territorial y los órganos dirigentes, una estructura intermedia que engrane la territorial», ha sido la autocrítica del director de campaña. «No hemos podido realizar una campaña en todo el territorio y homogénea».
Respecto al equipo de Ciudadanos, también ha sido contundente: «Nos ha faltado formación en los portavoces territoriales. La gente del partido tiene mucha experiencia profesional, pero poca política. Eso se nota en la manera de relacionarse con los medios o encarar los debates. Hay que dar una mayor formación».
Ante esta examen de autocrítica cabe preguntarse: ¿Ciudadanos no se dio cuenta de estos errores durante la campaña? «Sí hubo comentarios durante la campaña sobre la falta de estructura o la necesidad de formar a los portavoces, pero era difícil de corregir. También hubo debate sobre el excesivo fair play, que habría que tomar otra actitud, pero no se corrigió a tiempo».