ABC 10/02/16
· Los sondeos premian su cercanía y ambos sacan rédito de la presión sobre el PP
El diablo está en los detalles. La posibilidad de que el PSOE y Ciudadanos lleguen a un acuerdo programático sigue siendo muy complicada. La dificultad no estriba, por tanto, únicamente en la incompatibilidad con Podemos, el otro socio que anhela Pedro Sánchez para su investidura.
Ciudadanos sí reconoce que en el diagnóstico general hay coincidencias, o como lo definió José Manuel Villegas, portavoz de los negociadores centristas, «espacio para el acuerdo». Pero esos espacios se achican conforme se desciende de lo general a lo concreto. El aspecto que sigue suponiendo un mayor escollo es el mercado laboral.
El equipo de negociadores de Albert Rivera sigue defendiendo la bondad del contrato único para acabar con la dualidad en el mercado de trabajo. En su propuesta, el PSOE propone tres tipos de contratos. Aunque Villegas afirmaba públicamente el pasado lunes que «ningún obstáculo es insalvable» pero que en el tema de la reforma laboral «habrá que trabajar». De forma más contundente que lo expuesto por Villegas en rueda de prensa, desde el partido ya se desliza la cuestión de la legislación laboral como el gran punto de fricción entre ambos partidos.
Algunos de los asesores de Rivera alertan de que la falta de concreción de un documento que los socialistas han vendido como «un programa de Gobierno» es lo que más recelo provoca entre las filas de Ciudadanos.
· El tema catalán
Una falta de concreción que no estriba solo en la materia económica. De hecho aseguran que el tema fiscal no será un problema tan grande como se preveía, una vez que el PSOE contempla en el texto subidas en el IRPF. Aunque la voluntad de Ciudadanos era bajarlos. Un elemento que genera dudas en las filas naranjas es lo ambiguo que resulta en el documento en lo referente a la cuestión territorial.
Pese a estas salvedades, los dos escenifican un entendimiento, que tiene base pero no fondo. En Ciudadanos no son ajenos a la cercanía que PSOE y Podemos vienen mostrando los dos últimos días. «Ellos tienen que tener abierto el juego a todas las bandas. Pero así no podrán llegar al final», asegura un dirigente del partido, al que tampoco le preocupa que el PSOE pueda estar acercándose a su partido solo para vender moderación: «Nosotros hacemos lo que tenemos que hacer. Y ellos verán lo que hacen y cómo lo justifican», manifiesta. Lo que es evidente es que a los dos les interesa la negociación, con la que Rivera está logrando un rol protagonista que la aritmética le niega. Ambos se benefician en el consenso de las encuestas por este acercamiento, cuando tras las elecciones parecían los dos actores más golpeados.