Terreno pantanoso

ISABEL SAN SEBASTIÁN – ABC – 07/03/16

Isabel San Sebastian
Isabel San Sebastian

· La ciudadanía asiste, abochornada, al fracaso de sus representantes en la formación de un gobierno para España.

La desesperación por tocar poder o el aire que empieza a oler a elecciones están arrastrando a los partidos a un terreno pantanoso en el que más de uno y de dos pueden acabar naufragando. La situación se complica de día en día, dificultando el diagnóstico, mientras la ciudadanía asiste, abochornada, al fracaso de sus representantes en el deber de ganarse el sueldo haciendo posible un gobierno que tome las riendas de España.

El PP se muestra incapaz de administrar su victoria tejiendo acuerdos susceptibles de permitir a Rajoy renovar su estancia en la Moncloa. Ninguna de las otras fuerzas acepta pactar con él, unánimemente considerado responsable político de la corrupción aflorada en los múltiples casos que manchan sus siglas. Y como su permanencia al frente del Ejecutivo parece ser una condición «sine quanon» para las huestes de la gaviota, el partido se autoexcluye de cualquier fórmula constitucionalista susceptible de frenar el Frente Popular por el que pelean Podemos y sus socios separatistas. Dicho de otro modo; el que fuera contemplado como la solución a los destrozos del zapaterismo en 2011 se ha convertido en un auténtico problema, por más que se niegue a asumirlo y actuar en consecuencia.

Pedro Sánchez, a su vez, quiere gobernar a toda costa habiendo conseguido el peor resultado de la historia del PSOE y pretende hacerlo, además, mezclando en la receta una cosa y su contraria. Se ha abrazado a Ciudadanos obligado por la necesidad y el mandato del Comité Federal, pero a quien ama de verdad es a Pablo Iglesias, que se vale de ese amor para humillarle de palabra y obra, como hacen los maltratadores con sus víctimas. Él se deja vejar, mansamente. Soporta estoico golpe tras golpe, movido por una dependencia perversa tanto ideológica como aritmética.

Se siente muy próximo a Podemos en términos políticos y sabe que solo con su respaldo alcanzaría esa Presidencia atisbada en el debate de investidura que hoy se le escapa de las manos. El hecho de haberlo intentado acaso le reporte algún beneficio electoral en caso de convocatoria anticipada, pero es lo cierto que su figura empieza a parecerse a un Ecce Homo. Y esa clase de candidato inspira cierta simpatía aunque no suele atraer votos.

El novio tóxico, Iglesias, alterna una de cal y otra de arena, siguiendo la pauta habitual. Su objetivo es devorar al PSOE desde fuera o desde dentro, para lo cual hoy pide a Sánchez un beso y mañana le escupe a la cara, con el propósito de someterle hasta llevarle a la destrucción. Quiere un pacto de izquierda dura avalado por el independentismo encarnado en Otegi y Rufián, a fin de arrastrar a España a un escenario distinto, ajeno a la Constitución, más parecido a la Venezuela chavista que a una socialdemocracia europea. Está crecido y persuadido de que en unos nuevos comicios le daría un bocado letal al electorado del puño y la rosa.

De momento únicamente Ciudadanos ha entorpecido sus planes, firmando un acuerdo con el PSOE que impide la consumación de ese proyecto frente-populista cuya materialización significaría el fin de la Nación que conocemos. De no haberse cruzado Rivera en su camino, probablemente estaría a punto de encaramarse a esa vicepresidencia que tanto anhela. Y como el peligro no está conjurado, es importante que la formación naranja marque de cerca al PSOE y le obligue a serle fiel, evitando la tentación de encamarse con su amante. Claro que también es importante que lo explique exhaustivamente. Porque el PP va a mover todos los hilos posibles para presentar ese marcaje como lo contrario de lo que es y hacer parecer a Rivera el gran enemigo de España. El poder es el poder.

ISABEL SAN SEBASTIÁN – ABC – 07/03/16