¿Censura a quién?

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 30/04/17

José María Carrascal
José María Carrascal

· Es su nuevo autobús de la trama, el último conejo que se saca de la chistera.

La moción de censura que Podemos se dispone a presentar contra Rajoy no es contra Rajoy. Es contra el PSOE y Ciudadanos. De ahí que ambos hayan reaccionado no uniéndose a ella, el gato escaldado del agua fría huye. El tumultuoso final de la anterior legislatura estuvo salpicado de escaramuzas en la oposición para desalojar al PP del gobierno tras haber perdido la mayoría absoluta. Se intentaron toda clase de combinaciones sin acabar de cuajar ninguna por incompatibilidades tanto de personas como de programas y, al final, volvió a votarse, resultando que el PP salió reforzado, no lo suficiente para gobernar sin ayuda, pero sí lo bastante para seguir gobernando.

Iglesias intenta ahora repetir la maniobra al socaire del caso Lezo, aunque con mucha más cautela, pero iguales intenciones. Ya no veta a Ciudadanos ni exige ser jefe de gobierno de facto, con una presidencia virtual del PSOE. Esos son detalles, dice, a decidir luego. Se contenta con echar a Rajoy, y no me extrañaría que propusiera como presidente «una personalidad socialista de reconocido prestigio (catedrático de universidad, científico notable, escritor famoso)», mientras él se quedaba con las carteras que le interesan: interior, educación y defensa.

Las demás podrían repartírselas socialistas y ciudadanos como quisieran. Fue lo que hizo Walter Ulbricht cuando llegó al Berlín recién ocupado por las tropas soviéticas para montar lo que luego sería República Democrática Alemana, que no era república, ni democrática ni, casi, alemana.

El PSOE y Ciudadanos, escaldados, han rechazado la oferta y proponen reprobar al fiscal general del Estado y al fiscal jefe anticorrupción por su actuación, o falta de ella, en el caso Lezo. Pero ahí les espera Iglesias, acusándoles de no perseguir la corrupción como debieran, el PP, y servirle de muleta. Por lo que insiste en la moción de censura, reclutando apoyos, sea en Jueces para la Democracia, en los independentistas catalanes o bajo las piedras. ¿Que no lo encuentra, como tampoco encuentra un candidato serio a la presidencia, como exige la moción? Qué importa, ya encontrará a alguien. Lo que importa es dejar en evidencia a los otros dos, mientras él mantiene el protagonismo.

Es su nuevo autobús de la trama, el último conejo que se saca de la chistera. Un PSOE que no acaba de cerrar su crisis interna y un Rivera que sueña con ser el Macron español reaccionan tarde y mal a este ataque a la bayoneta desde la retaguardia. El numerito de Iglesias con la moción de censura va a tenernos entretenidos una temporada, con socialistas y naranjitas sentados en el banquillo y en las bancadas del Congreso, junto a Rajoy.

Conviene decir que a Rajoy esto le favorece, como tantas otras cosas que hace Iglesias. Pero ése no es hoy su principal objetivo. Su primer objetivo, desde que irrumpió con estrépito en la escena política española, es convertirse en líder de la oposición. Sólo entonces llegara la hora de medirse con Rajoy, y el resto de claque.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 30/04/17