Atontados

EDUARDO ÁLVAREZ-EL MUNDO

POCA repercusión ha tenido un estudio de Italia tan inquietante como quizá revelador para comprender lo que les pasa a nuestros vecinos transalpinos y también lo que nos ocurre por estos lares. Estamos atontados por culpa de algunas cadenas de televisión. Y por eso votamos lo que votamos. Tirando del hilo llegaríamos a que el desgobierno es cosa de Vasile. Bueno, no tanto, pero casi.

Han concluido tres economistas italianos que Mediaset, el rentabilísimo emporio mediático que tantos identifican con la telebasura, tuvo una influencia enorme en la elección de Berlusconi como primer ministro italiano, así como en el más reciente éxito electoral de fuerzas populistas como las que hoy cogobiernan. El estudio es demoledor. Concluye que la gente que pasa horas y horas consumiendo los programas de este canal –sobre todo ancianos y jóvenes– presenta un impacto negativo en sus habilidades cognitivas y bajos niveles de compromiso civil. Y establece que, con la cabeza embotada de tanto ver programas de mamachichos y versiones similares a nuestro Mujeres, hombres y viceversa, tienen dificultades para procesar cuestiones sobre democracia con alguna mínima complejidad, por lo que en ellos calan muy bien los eslóganes y las simplezas de los dirigentes que han convertido la política en espectáculo. Rivera haría su agosto en Roma.

Que sepamos, nadie está investigando aún los efectos que pueda tener en los españolitos la programación que vomitan algunas de nuestras cadenas. Pero no hay que ser linces para presuponer que algo tendrá que ver con el arraigo aquí del populismo de izquierda y derecha, o con el hecho de que hoy para liderar cualquier partido sea más importante contar con el tipín de Pedro Sánchez que una cabeza amueblada. Hoy tener el Estado en el cerebro como antes se le atribuía a gentes como Fraga o Rubalcaba seguro que penaliza en las urnas.

Con todo, lo más preocupante es que, mientras se sitúan al frente de la agenda política cuestiones como la erradicación del sexismo o el machismo, la lucha contra la cosificación de la mujer, la promoción de la igualdad, etcétera, cada día millones de jóvenes consumen programas como el mencionado o el engendro recién estrenado por Jesús Vázquez que contribuyen a enquistar los peores estereotipos sociales en los cerebelos de la generación de la que saldrá el futuro inquilino de La Moncloa. Igual Carmen Calvo que este verano estará desocupada debiera leerse el informe italiano. O a lo peor es que nuestros políticos nos quieren cada vez más tontos. No es descartable.